Un misterio llamado Clarice Lispector

literatura

El escritor estadounidense Benjamin Moser presenta mañana en la librería Prometeo 'Por qué este mundo', biografía de la autora brasileña que arroja una luz definitiva sobre un enigma secular

Clarice Lispector (1920 - 1977), en una imagen de 1961. / Claudia Andújar
Pablo Bujalance

Málaga, 27 de septiembre 2017 - 08:31

En cierta ocasión afirmó Clarice Lispector (Chechelnik, Ucrania, 1920 - Río de Janeiro, 1977): "Soy tan misteriosa que ni yo mismo me entiendo". Pocas veces, de hecho, la condición enigmática ha penetrado de manera tan honda en la imagen que un escritor ha proyectado de sí mismo, sin que medien anonimatos ni tendencias eremíticas. Lispector, de origen judío, es junto a Jorge Amado la voz más portentosa, genial e irrepetible de la literatura brasileña del siglo XX, un caudal que desde su primer libro, Cerca del corazón salvaje, publicado en 1943, brindó una voz única a la otra escritura de América Latina, bastante más allá del modernismo, las generaciones y demás etiquetas que han pretendido colgarle (su transversalidad es igualmente titánica: Lispector lo escribió todo sobre prácticamente todo lo relativo a la narrativa para lectores de toda índole, incluidos los niños, a los que dedicó cinco títulos). Pero también es la autora un referente necesario a la hora de advertir la metamorfosis de la figura de la escritora en su siglo: mientras los críticos rendidos se referían a ella como "la princesa de la lengua portuguesa", Clarice Lispector decidió mantener hasta el final la lucha por su independencia y la habitación propia profetizada por Virginia Woolf (a la que tanto evocó desde su elegancia proverbial y solitaria, tanto desde sus novelas y relatos como en las contadas veces que se prestó a posar ante una cámara) hasta abrir puertas imprescindibles para la asunción de la defensa de la igualdad en y desde la literatura. Son muchos, por tanto, los argumentos por los que correspondía pedir a voz en grito la biografía definitiva de Clarice Lispector; y al fin, después de algunas tentativas, cabe saludar la aparición de un libro como Por qué este mundo. Una biografía de Clarice Lispector, del escritor, crítico, traductor y periodista (es columnista en el The New York Times) estadounidense Benjamin Moser (Houston, 1976). El Nobel Orham Pamuk se refirió así en su momento a esta semblanza: "Una biografía digna de su protagonista. Por fin una de las más enigmáticas escritoras del siglo XX aparece retratada en todo su vibrante colorido". Por una vez, además, los lectores malagueños están de suerte: Moser presentará Por qué este mundo (que acaba de publicar en España la editorial Siruela) mañana jueves a las 20:00 en la Librería Prometeo (C/ Puerta de Buenaventura, 6), dentro del Ciclo 451 que organiza La Térmica, con entrada libre hasta completar el aforo y con la participación de Nuria Jiménez Trasierra.

"Lo extraño (...) es que Clarice Lispector no es un brumoso personaje conocido a través de los fragmentos de un viejo papiro. Lleva apenas cuarenta años muerta. Todavía vive mucha gente que la conoció bien. Fue famosa casi desde la adolescencia, su vida fue documentada con detalle en la prensa, y dejó tras de sí una correspondencia extensa. Aun así, pocos artistas modernos son tan desconocidos en lo básico. ¿Cómo puede una persona que vivía en una ciudad grande de Occidente, a mediados del siglo XX, que concedía entrevistas, vivía en un bloque de apartamentos y viajaba en avión, seguir siendo tan enigmática?", se pregunta Benjamin Moser en la introducción de su libro. Precisamente, Por qué este mundo arroja luz no sólo respecto al enigma que entraña la existencia de Clarice Lispector, también sobre su decisión firme de no dar a conocer determinados aspectos de su vida. Con lo básico, Moser se refiere a sus orígenes. Clarice Lispector nació como Chaya Pinkhasovna Lispector en Ucrania en 1920 y su familia abandonó el país al año siguiente. Tras vivir como nómadas en varios países europeos, y después de obtener pasaporte ruso, lograron trasladarse a Brasil en 1922, donde la hija menor recibió el nombre de Clarice. La autora de La pasión según G. H. declinó siempre hablar de su pasado, y en gran medida para no tener que dar cuentas fue muy reservada a la hora de conceder entrevistas. Al mismo tiempo, Lispector era muy reacia a compartir todo aquello que consideraba muy personal: "En cierto momento, se pensó que Clarice Lispector era un seudónimo, y que su nombre original no se sabría hasta su muerte. Tampoco estaba claro el lugar exacto de su nacimiento ni qué edad tenía. Se cuestionaba su nacionalidad, y la identidad de su lengua nativa era incierta. Una fuente afirmaría que era de derechas, y otra dejaría caer que era comunista. Una insistiría en que era católica piadosa, aunque en realidad fuese judía. A veces corrían rumores de que era lesbiana, aunque también circuló el rumor de que era, de hecho, un hombre", escribe Benjamin Moser. Después de haber dado a luz a dos hijos y de haber residido varios años en EEUU, Lispector decidió separarse de su marido en 1959 y procurar su sustento a través de la escritura: una actitud que en su tiempo sirvió de combustible a los rumores. En cuanto a sus orígenes, "no es raro que no hablara de ello. Nacida a miles de kilómetros de Brasil, en medio de una guerra civil espeluznante, con la madre condenada a muerte por un acto de violencia atroz, el pasado de Clarice era pobre y violento hasta extremos inconcebibles", apunta el biógrafo. En su silencio y en su escasa inclinación a las loas ("Se sintió avergonzada cuando la famosa cantante Maria Bethania se lanzó a sus pies exclamando: '¡Mi diosa!") Lispector se refugiaba de algo decididamente terrible.

Poco antes de morir con 57 años en un hospital de Río de Janeiro, a causa de un cáncer de ovario, la escritora afirmó: "Se muere mi personaje". Así logró convertirse del todo en su obra. Y por su obra y nada más que su obra hoy celebramos, viva, a Clarice Lispector.

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