Cultura

El mundobajo una carpa

  • El Circo del Sol regresa a Málaga con 'Quidam', que se representará en el Cortijo de Torres del 5 de junio al 13 de julio · Las entradas podrán adquirirse desde el jueves

Ya están aquí. Cuando el verano de 2006 se despidió Dralion de la gran carpa del Cortijo de Torres, la promesa de que Málaga se convertiría en plaza estable del Circo del Sol dentro del circuito europeo de la compañía parecía una quimera imposible. Pero los empeños han dado su fruto y, tal como ya adelantó Málaga hoy el pasado octubre, la fábrica de sueños regresará a la capital de la Costa del Sol del 5 de junio al 13 de julio próximos con Quidam, un espectáculo que se estrenó por primera vez en 1996 y que regresa ahora en una nueva gira europea, con Málaga como primera parada española y única andaluza de la misma. Ayer, el Ayuntamiento sacó brillo a la presentación oficial del evento que se levantará, como Dralion, en el Grand Chapiteau del Cortijo de Torres, aunque en esta ocasión la carpa no será blanca, sino que tendrá los colores originales del Circo del Sol, azul y amarillo. Los incondicionales, que desde hace dos años en Málaga hay muchos, tendrán que darse prisa: a partir del jueves 14, día de San Valentín, las entradas podrán adquirirse vía internet (en www.cirquedusoleil.com) o telefónica (en el 914 84 83 40) con precios a partir de 35 euros. A partir del día 28 de este mes, las localidades estarán a la venta en todos los centros de El Corte Inglés, por la misma cuantía.

El director del Circo del Sol en Europa, Shawn Kent, situó ayer Quidam como uno de los tres montajes más importantes de la historia de la agrupación y una de sus "columnas vertebrales". Dirigido por Franco Dragone, el show reúne todos los ingredientes que cualquier espectador puede esperar: acrobacias (con números de aros aéreos, banquines o pirámides humanas, contorsiones, combas, cuerdas lisas, diábolos, equilibrismos, estatuas humanas, ruedas alemanas y trapecios de cuerda), humor con la participación de los impagables payasos, música en directo (con el habitual toque de mestizaje que tanto gusta a los de Montreal) y una puesta en escena capaz de dejar abiertas las bocas más exigentes. Quidam es, según Kent, "uno de los espectáculos más teatrales que tenemos, ya que contiene una importante carga dramática" y, lejos de haberse quedado anquilosado por su veteranía, el director asegura que "ha mejorado año a año y se ha convertido en una de las mejores propuestas del Circo del Sol". De hecho, la demanda de algunas ciudades que ya habían acogido el montaje fue el principal motivo del regreso de Quidam a la carretera. Lisboa abrió recientemente la gira europea, que tras Málaga pasará por Barcelona, Bruselas y Londres. Ciudades como Dubai, Seúl y Shangai, y en total ocho millones de personas, han sido testigos de la maravilla en anteriores tours.

A pesar de su categoría teatral, Quidam (término latino que podría traducirse como transeúnte anónimo) parte del sencillo gesto de cualquiera que pasa por la calle y se pierde entre la multitud como una entidad sin nombre ni persona. Franco Dragone recoge en su trabajo este mundo leve y sin arraigo "y lo transforma en un lugar de esperanza y conexión", tal y como apuntó ayer Shawn Kent. Por eso, Quidam vuelve a presentar un material humano multicultural, con 50 artistas llegados de los cinco continentes y otras 30 personas dedicadas al mantenimiento técnico del espectáculo. A ellos se unen cocineros, fisioterapeutas, maestros, personal sanitario y otros profesionales: en total, 130 personas que durante más de 40 días trabajarán en la gran ciudad del Circo del Sol en el Cortijo de Torres, una villa con escuela, centro sanitario, gimnasio, comedor y otros muchos equipamientos. Eso sí, ni la carpa ni sus aledaños servirán de residencia: todos los trabajadores de la compañía vivirán repartidos en distintos emplazamientos de la capital malagueña.

Queda comprobar en los próximos meses cuál será la respuesta de Málaga ante el regreso del Circo del Sol mediante el ritmo de venta de entradas. El alcalde, Francisco de la Torre, recordó ayer que el éxito de convocatoria de Dralion motivó en 2006 la ampliación de fechas en dos semanas más de las previstas (algo que de seguro no podrá ocurrir en esta ocasión por cuestiones de agenda de la compañía) y que la ocupación del aforo fue del 98 por ciento. El impacto a nivel turístico, en pleno verano, fue también destacado. Shawn Kent, por su parte, ratificó este balance: "La primera vez que vinimos a Málaga estábamos un poco nerviosos ante lo que podía pasar en una ciudad de este tamaño y en plena época de playa; el alcalde nos tranquilizó asegurándonos que la gente respondería y así fue: en total asistieron a las representaciones de Dralion más de 100.000 personas, una cifra que esperamos superar este año". En cuanto a previsiones, sin embargo, queda aún por definir el número de funciones de Quidam que se ofrecerán en el Grand Chapiteau, cuya capacidad es de 2.500 espectadores: una vez que se concreten, y a tenor de cómo se vendan las entradas, podrá dilucidarse con más seguridad si el reto de la superación quedará así al alcance de la mano. De cualquier forma, De la Torre apuntó que Málaga ya es definitivamente "plaza fija" del Circo del Sol en Europa y ello garantiza que después de Quidam "la compañía regresará a Málaga, dos o tres años después, el tiempo que resulte necesario, pero volverá". Igualmente, el alcalde subrayó el hecho de que, al ser la única ciudad andaluza que recibe el montaje, la presencia de públicos llegados de las distintas provincias de la comunidad "está asegurada".

El Circo del Sol es una de las experiencias emblemáticas surgidas en la segunda mitad del siglo XX dentro de las artes escénicas en todo el mundo. Sus orígenes se remontan a 1982, cuando una veintena de artistas callejeros se reunieron en Baie-Sant-Paul (Quebec) como el Club de los Tacones Altos. Dos años después, el Gobierno de la región canadiense concedió una subvención a la compañía, que se constituyó ya como El Circo del Sol y levantó por primera vez su carpa azul y amarilla a modo de estandarte. Pronto, a través de espectáculos primerizos como La magie continue y We reinvent the circus, la formación comenzó a ganar popularidad en Europa y Estados Unidos gracias a una estética distinta, que prescindía del uso de animales en pista y asimilaba diversos postulados de los grandes creadores escénicos del teatro canadiense, como Robert Lepage. Investigación, mestizaje y un cierto regusto artesano que, a pesar de la adopción de las ultimísimas tecnologías de luz y sonido, nunca ha abandonado a la compañía, son algunas de las claves maestras del milagro.

Hoy, El Circo del Sol tiene su sede central en Montreal pero trabaja en buena parte del planeta. Actualmente cuenta con 4.000 empleados de más de 40 nacionalidades, de los que mil son artistas. Más de 70 millones de personas de casi 200 ciudades de los cinco continentes han visto alguno de sus espectáculos: Alegría, Saltimbanco, Delirium, Love (basado en la música de The Beatles) y Kooza, su última propuesta itinerante, son puertas de entrada al Paraíso.

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