El público manda, en cine, televisión y teatro. Fama arrasó en la gran pantalla de la mano de Alan Parker en 1980, el musical tuvo su versión española sobre las tablas hace dos años, y este 2008 la caja tonta se ha apropiado del éxito en formato concurso. El Teatro Cervantes de Málaga en diciembre de 2007 fue testigo de la buena acogida con todas las entradas agotadas, que se traduce en 7.700 espectadores atentos a las coreografías de sus 30 bailarines. Ahora el Teatro Alameda toma el relevo con 14 funciones entre los días 12 y 22 de junio, como fin de fiesta de una gira nacional por más de 50 ciudades. Las entradas ya están a la venta a un precio que oscila entre 40 y 45 euros. Así, Málaga será la última plaza por la que deambulará Fama antes de reposar en el Lope de Vega de Madrid, donde hará temporada durante diez semanas para luego residir en el Apolo de Barcelona a partir de septiembre.

En 2006 Fama pasó la prueba de fuego con 330 funciones en su año de permanencia. Ahora va por las 700 y la audiencia sigue demandado más dosis de este revival ochentero. La puesta en escena gira en torno a los esfuerzos de un grupo de alumnos de la High School of Performing Arts de Nueva York convencidos de que la fama cuesta, y que hay que sudarla.

El espectáculo tan sólo incorpora algunas modificaciones con respecto a su versión original. Junto a los números de danza moderna y ballet clásico se incluyen cuadros de baile flamenco. Las canciones son interpretadas en castellano, excepto la famosa sintonía de la serie Fame, que cierra la función y se interpreta en inglés. A la banda sonora se suma una banda de cinco músicos en directo sobre el escenario.

Entre el elenco de intérpretes destaca el malagueño Salvador Toscano, que ha trabajado en musicales como Annie y Jekyll&Hyde y que aquí encarna al señor Myers, uno de rudos profesores del centro. El broche final en Málaga será "un momento muy emotivo", recordó ayer Javier Muñiz, gerente de la compañía, "porque el 80% del elenco está presente desde la primera función".