Cultura

Un 'oasis teatral' en mitad del desierto

  • La compañía Urte Teatro abrió en abril una sala con 63 butacas en el barrio de la Victoria, donde programan montajes, dan clases de baile o canto y venden libros

Justo antes de llegar a la sala Urte Teatro uno, que va en coche y no andando, pregunta a un vecino del barrio de la Victoria cómo llegar al "teatro". Sin mencionar ni siquiera el nombre, el muchacho da un par de indicaciones en cosa de cinco minutos y se despejan las dudas. Al pisar la pequeña plaza, a las espaldas de la calle Cristo de la Epidemia, uno observa un edificio enorme con cristaleras en rojo, en las que está pintada la máscara neutra, larvaria y expresiva del actor y pedagogo escénico Jacques Lecoq, un referente para aquellos amantes del teatro del gesto. En el centro se lee Urte Teatro. "Los objetivos principales de este proyecto son acercar el teatro al barrio, a un barrio estratégico porque está en el centro y no está, es decir, esto no es calle Larios; darle la oportunidad a compañías malagueñas o de fuera de exhibir su trabajo durante más de dos días, como ocurre en tantos teatros grandes; y ser de alguna manera la alternativa", admite Javier Vázquez, uno de los fundadores del espacio multidisciplinar, actor curtido en el Teatro de la Abadía y en el Centro Dramático Nacional y actual profesor de Interpretación en la Escuela Superior de Arte Dramático (ESAD).

Por eso mismo, la sala Urte Teatro no sólo programa obras semanalmente, también imparte clases de teatro para adultos y niños o de teatro musical, así como de danza (claqué, tango, danza contemporánea), de canto y hasta de pilates. "Tenemos una cosa muy nueva que es el gypsy fit: flamenco fitness", comenta avispado Vázquez. Sin olvidar el coqueto ambigú (frente al que posan en la fotografía), donde sirven todo tipo de bebidas, y un espacio donde se venden libros de Antígona, editorial especializada, entre otras materias, en artes escénicas y por la que fue galardonada con el Premio Mejor Labor Editorial 2012 que otorga la Asociación de Autores de Teatro. Al fin y al cabo lo que mueve a Vázquez y al actor malagueño formado en la ESAD Carlos Lara, la otra mitad de Urte Teatro, es "el amor al teatro, a una profesión". Aunque reconoce, instantes después el profesor vasco, que "la situación precaria de los grupos de teatro de Málaga" le animó también a ello.

A la hora de mencionar "claras" referencias, Vázquez señala el Teatro de la Abadía, un centro de estudios y creación escénica, en la línea de los teatros de arte europeos, con un equipo estable, dirigido por José Luis Gómez, donde trabajó durante años. Pero sobre todo hablan del extranjero: "Por mi experiencia fuera de España hay una cosa que me llama muchísimo la atención y es que el teatro está muy enfocado al turismo, que hace partícipe al ciudadano y al turista [...] Esto está inspirado en el off-Broadway -término utilizado en EEUU para hablar de los teatros con un aforo entre 100 y 500 personas y que realizan producciones de bajo coste, no comparables con las producciones realizadas en el circuito principal-. Gracias a esto, gente como tú o como yo se para a hacer cola para ver teatro. En estos locales de repente se abren unas cortinas, aparece un bar, pides, comienza el espectáculo y al momento te llevan la bebida. Todo esto sin hacer ningún ruido", explica entre risas Vázquez, que comenta la pena que le produce pensar en la poca gente que va al Teatro de Almagro: "Allí no va ni Cristo, a no ser que sea el festival".

A la hora de programar, según cuenta Vázquez, están "abiertos a todo". "Hemos ofrecido comedia para mayores, teatro-danza, performance. Incluso programamos la versión de [RE]teatro de Quartet de Heiner Müller, basada en la novela Las amistades peligrosas. En la pieza una chica hacia un papel de chico y viceversa. Al público le ha chocado mucho", señala. Para este mes de septiembre tienen en cartel "dos comediazas", recalca Lara. "Es un paquete de historias de familias modernas interpretadas por la compañía Crearte. Zonas residenciales cuenta la historia de un grupo de gente que vive en una zona residencial y refleja cómo esas relaciones se van cruzando, todo bajo el manto de la comedia. La otra, Cánape en familia, abarca el concepto de familia que debemos acostumbrarnos a ver, porque una familia es hasta dos compañeros de piso que son amigos y que no tienen ningún vínculo sexual", argumenta el profesor de la ESAD.

"A la gente no le duele pagar 60 euros para ver a Concha Velasco. Con todos mis respetos a Velasco, una maravillosa actriz, ¿no son ellos también unos magníficos actores? Ese es el tema. Aquí pagas 9 euros, consumición incluida, y estás una hora al fresquito", bromea Vázquez. Desde hace unos años, iniciativas como la que organizó en su momento la compañía Trasto en Teatinos o Microteatro Málaga con su pequeño espacio en San Juan de Letrán han agitado y agitan las artes escénicas en la ciudad. También lo hará Urte Teatro, un oasis teatral en mitad del desierto. "Porque si sobra algo en Málaga es talento", concluye Vázquez.

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