El proyecto para la transformación del edificio de los antiguos comedores del Campus Universitario de El Ejido en la nueva sala de ensayos de la Orquesta Filarmónica de Málaga ha dado un paso definitivo esta semana: el alcalde, Francisco de la Torre; el gerente de la orquesta, Juan Carlos Ramírez; y el arquitecto responsable de la actuación, Agustín Benedicto (creador del diseño del futuro Auditorio de Málaga junto a Federico Soriano) celebraron hace unos días una reunión en la que se acordó impulsar la actuación y fijar los plazos para el desarrollo de la misma. Y, tal y como apuntaba Ramírez a este periódico, “no hay vuelta atrás”: la idea es que los próximos presupuestos municipales incluyan ya una partida para la iniciativa el año que viene y que a lo largo de 2021 se liciten y comiencen las obras. De esta manera, las mismas “estarían terminadas en agosto de 2022, con lo que la Filarmónica podría hacer uso de las instalaciones ya en septiembre”, apuntó Ramírez. El impulso viene, como diría el clásico, que ni pintado: las medidas de distanciamiento social impuestas a cuenta de la epidemia del coronavirus hacen impracticable la sala de ensayos que la OFM mantiene desde su constitución, hace casi treinta años, en Carranque, un salón que a todas luces se ha quedado pequeño y lejos de satisfacer las necesidades actuales de la orquesta. De hecho, desde que el pasado junio volvieron los ensayos tras el parón obligado por el confinamiento, la Filarmónica celebra sus ensayos en el Auditorio Edgar Neville, cedido para la causa por la Diputación. Así, la rehabilitación del edificio de El Ejido, presupuestada en unos 800.000 euros, sacará a la OFM de un severo aprieto sea cual sea la evolución de la epidemia.

Músicos de la orquesta ensayan en el Auditorio Edgar Neville.

En la reunión celebrada en el Consistorio hace unos días, Agustín Benedicto entregó ya los planos relativos a la intervención del área del edificio que la Universidad de Málaga ha cedido ya de manera efectiva al Ayuntamiento para su transformación en la sala de ensayos, correspondiente al recibidor, el viejo teatro del inmueble y su patio de butacas. Próximamente se procederá a la cesión de la primera planta, que irá destinada a oficinas y dependencias de la OFM, con lo que se completará la operación en virtud del intercambio acordado por De la Torre y la entonces rectora de la UMA, Adelaida de la Calle, por la que el Ayuntamiento cedió el suelo necesario para las últimas ampliaciones de la Universidad en Teatinos. Y es que el proyecto incluye no sólo la sala de ensayos (que abarcará la superficie que ocupan actualmente el teatro y la zona reservada a las butacas, un suelo marcado por un profundo desnivel que corrige la intervención propuesta por Benedicto), sino la misma sede oficial de la OFM que actualmente se encuentra en la calle Palestina. De esta manera, y en previsión de que el Auditorio tarde todavía algunos años más en hacerse realidad, la orquesta podrá contar al fin con una casa estable, algo que le ha sido negado en tres décadas de historia. Apunta Ramírez igualmente que la magnitud de la sala de ensayos permitirá a la OFM poner en marcha proyectos que la falta de espacio ha obligado a mantener hasta ahora en el cajón, como la creación de un coro y de una escolanía, así como la recuperación de la Academia de la Filarmónica, con lo que, lejos de convertirse en un edificio cerrado, la intención es convertirse en un activo cultural en el barrio: “La sala de ensayos estará junto al Teatro Cánovas, la Facultad de Bellas Artes, la Escuela de San Telmo y otros espacios culturales con los que se podrá crear una sinergia interesante y provechosa”.

La nueva sala de ensayos de la OFM contará con una instalación acústica diseñada igualmente por Agustín Benedicto que garantizará la mayor calidad de la audición. La Filarmónica inicia la cuenta atrás, al fin, para tener casa nueva. Que ya iba siendo hora.