Cultura

El otoño del seductor

Reeditada por Atalanta en una excelente traducción de Mauro Armiño que recuperó por primera vez el texto íntegro de la obra, hasta entonces disponible en versiones expurgadas, la Historia de mi vida de Giacomo Casanova no abarca los últimos años del legendario aventurero veneciano, cuando después de haber viajado por toda Europa, brillado en los salones más exquisitos y complacido -porque no era un vulgar depredador- a mujeres de toda condición, regresó a su ciudad natal para iniciar un largo periodo de decadencia que lo llevaría a ser recogido por el conde de Waldstein en su castillo de Bohemia, donde ejerció como bufón o bibliotecario y redactó, entre otros escritos sumados a una ingente correspondencia, sus maravillosas memorias. De los años silenciados en la Historia (1773-1793) -y del resto hasta su muerte en 1798- trata este hermoso libro de dos reputados casanovistas, Joseph Le Gras y Raoul Vèze, que recrearon el otoño del seductor en una breve y ya clásica semblanza (1929) donde se completa el recuento de una vida extraordinaria.

Conforme al melancólico retrato trazado por Schnitzler en El regreso de Casanova (Acantilado), el venerable libertino que volvía a la "patria ingrata" tras casi dos décadas de ausencia -luego de haber obtenido el perdón de los Inquisidores de la Serenissima- era un hombre doblegado por los estragos de la edad. La ciudad que antaño lo celebraba ya no lo reconocía como triunfador y Casanova tuvo que emplearse como espía de poca monta, antes de continuar una vida errante que cesó cuando encontró refugio en los desolados parajes de Dux. Su estrella había declinado, dice Jaime Rosal, pero no su ingenio, que produjo obras tan curiosas como la novela Icosameron -cuyo prólogo se reproduce en esta edición, acompañado de un estudio del propio Rosal- o la última carta (el famoso Compendio de mi vida) enviada por el "caballero de Seingalt" a quien fuera -ya sólo epistolar- su última conquista, la joven Cecilia de Roggendorf. Con frecuencia reducido al recuerdo de sus hazañas picarescas o sentimentales, ese fantasmagórico Casanova de las postrimerías fue no sólo el cronista excepcional de la Europa ilustrada, sino también una de las mayores inteligencias del siglo XVIII.

Joseph Le Gras y Raoul Vèze. Ed. y trad. de Jaime Rosal. Atalanta. Gerona, 2013. 144 páginas. 19 euros

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