Un paseo por la frontera

Niño de Elche presentará con Los Voluble su revolucionario 'Raverdial' el próximo 22 de abril en La Térmica, dentro del ciclo 'La ciudad demudada'

De izquierda a derecha, Benito y Pedro Jiménez (Los Voluble) y Niño de Elche, en una imagen promocional para 'RaVerdial'.
De izquierda a derecha, Benito y Pedro Jiménez (Los Voluble) y Niño de Elche, en una imagen promocional para 'RaVerdial'.
F. Camero · P. Bujalance Málaga

28 de marzo 2016 - 05:00

El próximo 22 de abril, dentro del ciclo La ciudad demudad que acoge desde el pasado mes de febrero La Térmica, y "no, por fortuna, en ninguna institución flamenca", apunta él con mordacidad, Niño de Elche interpretará por primera vez en la provincia de Málaga Raverdial , el proyecto que junto a Los Voluble (los hermanos Benito y Pedro Jiménez) presentó el pasado junio en el festival Sónar de Barcelona. Para decirlo con sus palabras, aquello fue "un bombazo", una de las actuaciones más aclamadas y comentadas en la cita de referencia en España para la música electrónica y experimental, lo cual acrecentó aún más el formidable impacto de su trabajo en estos últimos meses, en los que también publicó Voces del extremo, disco nacional de 2015 para varios medios y revistas especializadas. Por todo ello, y porque desde entonces el trío únicamente ha repetido la experiencia en muy contadas ocasiones (incluida la comparecencia hace un mes en el Ciclo de Música(s) Contemporánea(s) del Teatro Central de Sevilla), su presencia en La Térmica adquiere un relieve aún mayor. En Raverdial, título que funde en lo musical y lo etimológico la antiquísima fiesta campesina malagueña de los verdiales y la rave (las fiestas de música electrónica, al menos originariamente inmersas en una mentalidad más amplia de activismo underground), Niño de Elche se unió a Los Voluble, de los que partió el germen del proyecto en unos talleres de la Universidad Internacional de Andalucía, y más tarde al guitarrista Raúl Cantizano y al miembro de Pony Bravo Pablo Peña, para tender entre estas dos culturas un puente que, de todos modos, dice él, ya estaba ahí. "Nosotros no hemos unido nada, esa unión ya existía. Nos hemos limitado a hacer ver que las cosas no están tan alejadas como a veces se piensa. Los conservadurismos estéticos no tienen sentido hoy día, eso es si acaso lo único que nosotros queremos recordar. Yo parto de la necesidad de mezclarme con lo que me rodea y con lo que todos entendemos que es la tradición, y por supuesto de escucharme a mí mismo con honestidad, y no tanto de mezclar estéticas: es todo mucho más natural que eso", dice el cantaor. Precisamente, Raverdial llega ahora a Málaga tras el anuncio de dos novedades importantes relacionadas con el proyecto: la primera, el próximo lanzamiento, que verá la luz durante esta primera, de una edición en EP de este trabajo, con distribución limitada y en formato cápsula; la segunda, la ya confirmada comparecencia de Niño de Elche y Los Voluble en la próxima edición del Sónar de Barcelona, del 16 al 18 de junio, donde presentarán su nueva iniciativa, En el nombre de, que ampliará los mecanismos de fusión citados en Raverdial.

De formación ortodoxa, y en virtud de una trayectoria que da aún sus primeros pasos, Niño de Elche ha abierto puertas inusuales no sólo al flamenco, sino al panorama musical español en su conjunto. Si resulta casi inevitable establecer vínculos entre su obra y la herencia de Enrique Morente, el artista cita fuentes más antiguas a la hora de forjar su cante, aunque sus intuiciones van más allá cuando se trata de indagar en los lenguajes musicales contemporáneos. El año pasado, además de alumbrar Raverdial, colaboró con el bailarín y coreógrafo esloveno Matej Kejzar en el espectáculo Rave, que se estrenó en el Festival de Aviñón y que se acaba de representar con gran éxito en el Festival de danza del Teatro Nacional de Bruselas. Antes de traer a Málaga con Los Voluble su Raverdial (elogiado también por la crítica especializada como uno de los mejores conciertos de 2015), hará lo propio el 7 de abril en La Casa Encendida de Madrid, mientras continúa la gira de presentación de Voces del Extremo en festivales de rock, paraninfos universitarios, ateneos y otros contextos, de nuevo, distintos de las instituciones flamencas al uso.

El verdial malagueño ha ganado así un aliado seguramente inesperado para su promoción más variopinta. Y aunque no es la primera vez que se convierte en objeto de fusión desde el otro lado, nadie se había atrevido hasta ahora a llegar tan lejos. Las fronteras, de tener sentido, nunca habían sonado tan bien como en esta orilla.

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