No había mejor forma de presentar la tercera edición del festival de piano Verano clásico que celebrando un maratón de pianistas anónimos. Ayer se convirtieron en la mejor carta de presentación del festival internacional que se celebra el 14 y 15 de julio en la sala María Cristina con el apadrinamiento de Daniel Barenboim.

Un nutrido grupo de curiosos se arremolinaba ayer en torno a un piano de cola instalado en la céntrica Plaza de la Constitución. Mientras una niña de corta edad tocaba una bonita pieza ante la atenta mirada de sus padres, una decena de pianistas de todas las edades esperaban turno para deleitar a los transeúntes con un fragmento de alguna pieza, sirviendo así de preludio a este festival que por primera vez se celebra en Málaga.

De esta forma, se consigue no solo dar difusión al certamen si no que los malagueños se acerquen a la música y se unan a "esta fiesta del piano en la calle", como comentaba una de las profesoras que acompañaba a alguno de los niños que se acercaron en la tarde de ayer a este improvisado escenario.

No eran pocos los pianistas que se dieron cita en este maratón de seis horas de duración. Como explicaron se trataba de alentar "la presencia del piano en la calle como vía para compartir la música con todos". Desde alumnos de los primeros cursos del Conservatorio hasta pianistas veteranos y profesionales, todos quería mostrar su talento ante la mirada del atento público que le dio una excepcional acogida a la iniciativa.

Posteriormente, durante el certamen, que se celebra en la sala María Cristina, se producirá la entrega de premios Cinco ondas de plata. Los galardonados son Daniel Barenboim, por su nombramiento como presidente de Honor del Festival Verano Clásico, y Chucho Valdés, por su apoyo al festival en esta tercera edición. Ambos estarán presentes en las jornadas.