El placer como broche
teatro Danza
Rafael Amargo cierra la sexta edición del Festival de los Teatros Romanos
La danza tiene esa cualidad de crear un escenario en el cual sólo existe los artistas y tú. Todo lo demás se desvanece. Ellos bailan, tú observas, con el corazón en la mano, siendo cómplice de esa historia tan íntima que sólo se puede expresar sin palabras. Todo ello bajo la luz de la luna y con la impasible mirada de una fortaleza con cientos de años de historia. El Teatro Romano se llena poco a poco, vestidos de domingo y de informal en zapatillas. Al arte importa las etiquetas, tan solo pide escuchar atento.
"Soy un boquerón de adopción y creo que Málaga es un sitio estupendo para crear", así vuelve a las tablas el bailaor Rafael Amargo. Con este espectáculo ha querido volver a la gran producción que tenía aparcada desde hace siete años. Pese a que en España no haya estado tan activo, durante tres años en Roma y México trabajó como jurado de programas de baile. Ya lo dice Rafael, "si eres bailarín tienes que demostrar tu profesión en un teatro". Dionisio... y la vid de mil noches... pone el broche a la sexta edición del Festival de los Teatros Romanos, el cual ha contado con 22 funciones.
Rafael Amargo confesó que "la vida de un bailarín es mucho más corta que la de otros artistas". "He cumplido 43 años y supongo que será mi penúltima producción o la penúltima de muchas", siguió. Sin embargo amar la danza es siempre estar en movimiento. El espectáculo mezcla estilos de flamenco, contemporáneo y danza clásica. "Es una pieza en la cual el flamenco se va entrelazando con la danza moderna y una expresión más estilizada", explicó el bailaor. Envuelto, además, en la mitología griega que caracteriza al Dionisio, dios del vino y los placeres. "Es un personaje mágico, complejo, manipulador y emocionante. Para mí uno de los más grandes de la mitología griega", relata Amargo.
La creación de este "teatro danza" cuenta con trece bailarines y diez músicos, entre ellos el coreógrafo y premio nacional Ramón Oller, el bailarín argentino Hernán Piquín y el compositor malagueño Jesús Durán, así como el bailarín, también malagueño, Benjamín Leiva. Esta obra no sólo se representa en el Teatro Romano de Málaga hasta el sábado 4 de agosto, sino que también se podrá ver en Sevilla del 7 al 10 de agosto el Teatro Romano de Itálica y en Cádiz de 15 al 18 de agosto en Cádiz, en el Teatro Baelo Claudia.
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