En el principio fue el escenario
El Teatro Echegaray acoge hoy y mañana la primera representación de un montaje de Peter Brook en Málaga con 'Warum Warum', una obra basada en textos de Shakespeare, Artaud, Dullin y Meyerhold, entre otros
El aficionado malagueño al teatro, ése que insiste en representar su papel de espectador por más que el clima invite a lo contrario, tiene este fin de semana un motivo único para la reconciliación. Habría mil razones por las que celebrar la primera representación en Málaga de una obra de Peter Brook (Londres, 1925), artífice fundamental de la escena en el último siglo y en casi todo el planeta, primer responsable del canon estético actual para la representación de Shakespeare (que él mismo acuñó con Laurence Olivier y John Gielgud a sus órdenes), visionario creador de hitos dramáticos como el Mahabharata, autor de El espacio vacío (manual de referencia ineludible para cualquier actor o director que pretenda presentar algo al público) y también director de películas como El rey Lear y El señor de las moscas. Pero lo mejor, como ocurre a menudo, es atreverse a mirar. El Teatro Echegaray acoge hoy (a las 21:00 y mañana (a las 20:00), dentro del Festival de Teatro, Warum Warum (Por qué Por qué), una investigación teatral dirigida por Brook a partir de textos de Shakespeare, Artaud, Gordon Craig, Dullin, Meyerhold y Motokiyo, interpretada por la actriz alemana Miriam Goldschmidt (la función contará con subtítulos en castellano) y producida por la Schauspielhauses de Zurich y el Teatro Garibaldi de Palermo. El director de producción del Echegaray y el Cervantes, Miguel Gallego, no dudó en calificar esta representación de "histórica". De cualquier forma, Málaga ya tiene su primer Peter Brook, lo que, traducido por ejemplo a términos artísticos, podría compararse con su primera exposición de Picasso.
Warum Warum es un viaje a los orígenes del teatro, a su sentido, a su significado para la humanidad, que plantea al espectador precisamente esta pregunta: por qué. "Es el público el que debe determinar la respuesta, si quiere", explicó ayer en la presentación del espectáculo Goldschmidt, que ha trabajado estrechamente con Brook en diversos proyectos durante los últimos treinta años. Para Warum Warum, Brook y Goldschmidt revisaron todas las teorías sobre el teatro que fueron capaces de reunir, "las leímos, las seleccionamos, las criticamos, las evitamos, y al final comprendimos que lo verdaderamente importante es preguntarse por qué". Cuando se le pide que aporte su propia respuesta, Goldschmidt apunta directamente al estómago: "Mi hija murió mientras yo trabajaba en este montaje. Desde entonces, yo misma me he convertido en esa pregunta: por qué. Y siento que mi hija me la hace a diario". El teatro y la vida son una sola realidad. Las causas y las consecuencias son siempre las mismas.
Mentar a Shakespeare a quien ha trabajado mano a mano con Peter Brook durante tanto tiempo no puede hacerse sin cierto rubor. Pero la actriz le da la importancia justa: "Brook ha querido liberar al teatro de todo lo superfluo, y por eso ha quitado mucha pomposidad a Shakespeare. Yo misma he interpretado para él a Ofelia sola, acompañada únicamente de unos músicos. Creo que entre él y yo Shakespeare funciona como una especie de consejero matrimonial". ¿Algo que decir respecto al resto de dramaturgos convocados en la obra? "A veces se me olvida quién es el autor de cada parte. Unas ideas se van complementado con otras y el resultado va creciendo. Pero no se trata de citar, hay que vivir".
En Warum Warum, claro, se da la premisa del espacio vacío. Goldschmidt, que durante la representación comparte escenario con el músico Francesco Agnello (quien a su vez toca un hong, un llamativo instrumento de percusión melódico inspirado en el steel drum antillano y de fabricación suiza) explica con claridad esta teoría: "Se trata de preguntarse qué es lo que sobra, hasta el punto de trabajar con la nada. En el fondo, es una crítica al exceso. En el espacio vacío, todo lo que implique movimiento significa. Es como hablar".
Brook, que el pasado noviembre se despidió del teatro parisino de Bouffes du Nord, convertido en su plaza fuerte durante las últimas tres décadas (aunque su trayectoria está ligada a una búsqueda incansable de lenguajes escénicos que le ha llevado a trabajar en Irán, India, Japón y buena parte de África), se mantiene sin embargo en activo para seguir sosteniendo ese viejo sueño llamado teatro.
También te puede interesar