Rafa B., el pintor malagueño de 12 años que ha conquistado Inglaterra y España con su cubismo
Su mayor inspiración es Picasso y ha expuesto en varios puntos del país y otras ciudades internacionales como Moscú
La obra de Farah Atassi dialoga con Pablo Picasso y otros artistas en su Museo de Málaga

Hay artistas que parecen haber nacido con una paleta de colores bajo el brazo y un pincel en la mano. Rafa B. es uno de ellos. Con solo 12 años, los cuadros de gran formato y colorido del malagueño ya decoran las paredes de coleccionistas y galerías de varios puntos de España y de fuera del país. En 2022, fue galardonado con el premio a la joven promesa en la exposición de la D31 Art Gallery de Doncaster, Inglaterra. Su tercera exposición colectiva, Arte como puente entre generaciones, se inauguró el 5 de junio en la Casa de las Tejerinas de Estepona y está disponible hasta el 30 de julio.
"Va a haber muchos cuadros, como por ejemplo, uno se llama La duquesa holandesa, y es porque es que recientemente fui a Holanda de viaje y me inspiré", explica Rafa B. en una entrevista con este periódico. El pintor habla con la seguridad de quien sabe que cada pieza es un paso más en la búsqueda de su estilo y su profesionalización. Inspirado en la vida cotidiana, en la fantasía de los viajes y en las figuras que observa a su alrededor, Rafa B. convierte cada minucia en una historia pictórica.
En 2022 también participó en el IV Certamen de Pintura Ocaña en el Centro de Interpretación de Ocaña (CIOC), en Sevilla, así como en la 41 edición del concurso ¿Qué es un Rey para ti?, organizado por la Fundación FIES. Además, presentó su obra en la exposición internacional infantil dedicada a las vanguardias, celebrada en la cápsula del Technopark de Moscú.
En 2023, Rafa B., con 10 años, obtuvo el primer premio en el III Concurso Internacional de Arte Infantil Osvaldo Lobalzo en la galería Puerto Sotogrande, Cádiz, donde también formó parte de una exposición colectiva. Asimismo, fue galardonado en el II Concurso de Arte Infantil de la Universidad de Arquitectura de Málaga como ganador de esa edición.
Su proceso creativo es tan espontáneo como lleno de rigurosidad. "Normalmente estoy aburrido e intento pensar en cosas para entretenerme y se me ocurre algo para pintar", confiesa con naturalidad, como si fuera algo común. Para Rafa B., la pintura es la manera más divertida de llenar las horas libres y, por otro lado, es su refugio, donde recurre para que la imaginación vuele, dirigiendo su mano para trazar y crear obras.
Los grandes maestros lo acompañan en esta aventura: "Yo me inspiro en pintores como Dalí, Miró, Takashi Murakami y George Condo, así que mi estilo es algo como cubismo, diría yo", comenta. Pese a ser los primeros que menciona, inevitablemente hay uno que destaca: "El que más me llama la atención es Picasso, que es malagueño, como yo, porque expresa sus emociones en muchos de los cuadros y algunos cuentan una historia, como el Guernica".
La relación de Rafa B. con Pablo Ruiz Picasso no es solo admiración, sino también reinterpretación. Ha visitado "varias veces" el Museo Picasso Málaga, pero el cuadro que más le ha inspirado ha sido el Guernica: "Aunque está en el Reina Sofía, me he inspirado en ese cuadro para hacer una reinterpretación". Su pasión por el color y la forma le permite jugar con la historia y crear nuevas lecturas de obras icónicas.
La fuerza de sus cuadros radica tanto en el uso de los colores vivos como en los contrastes. "Me encanta que los cuadros sean coloridos, pero también me gustan algunos planos y que no tengan tantos colores y tengan un color llamativo, como este que hice muy recientemente, el segundo cuadro más reciente que hice, llamado El Minotauro, y es muy parecido a uno que hizo Picasso, pero cuento una historia". La rosa que aparece en esta obra simboliza la paz y la amistad.

Para el artista de 12 años, la creación es un diálogo entre la mente y la intuición. Primero se le ocurre mi idea de lo que quiere reflejar en el lienzo, luego piensa si "va a ser una buena idea y si le gustaría a la gente". Deja pasar un par de horas hasta el momento de hacer el boceto: "El boceto lo miro un rato y en mi mente empiezo a ver, por ejemplo, que una parte es verde, como cuadran los colores que van a estar ahí y al final hago el cuadro", explica con precisión.
Su formación combina la curiosidad y la disciplina. Tienen dos profesores que le ayudan a potenciar su talento, pero no hace sus cuadros con ellos. "Solo me ponen a hacer modelos, a dibujar en papel, hago cuadros pequeñitos para practicar el realismo. Ninguno de esos cuadros van a estar en mi exposición", precisa. Incluso ha empezado a practicar con la mano izquierda para desafiarse a sí mismo: "He empezado con la otra mano porque con la derecha ya me aburre un poco".
La historia de Rafa B. comenzó en la guardería, con un dibujo que despertó el asombro de sus cuidadores y la decisión de su madre de fomentar su pasión. "Desde que tenía dos años, un día en la guardería hice un dibujo de unos animales, un mono y una jirafa y a la de la guardería le llamó la atención y llamó a mi madre que, preocupada preguntó qué pasaba, pero era para contarle sobre mi talento y le dijo que me ponga a pintar todos los días. Y así es como nació mi pasión por el arte", relata.
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