Tras su puesta de largo en el Moderna Museet de Estocolmo, el Museo Picasso Málaga inaugura hoy la exposición 'He estado en el infierno y he vuelto', la mayor retrospectiva dedicada en España a Louise Bourgeois (1911-2010), una de las mayores referencias de la historia del arte en el siglo XX. La exposición, comisariada por Iris Müller-Westermann y organizada por los dos museos, fue presentada esta mañana con la presencia del director del Picasso, José Lebrero; el consejero de Cultura en funciones, Luciano Alonso; el presidente del Consejo Ejecutivo del museo malagueño, Bernard Ruiz-Picasso; y la propia comisaria de la muestra, además del presidente de la Fundación Louise Bourgeois, Jerry Gorovoy. La muestra reúne un centenar de piezas, de las que el 30% no se habían nunca expuesto antes de este proyecto, en un marco que abarca desde 1938 (justo el año en que Bourgeois abandonó su Francia natal para instalarse en EEUU) hasta 2009, poco antes de su muerte. Todas las claves estéticas, filosóficas, biográficas, psicológicas e históricas respecto a la artista se dan aquí servidas con pedagógica disposición, en un recorrido que obvia los trazados cronológicos en virtud de una narración vital: la que presenta a Bourgeois como artífice de su propia redención a través de su obra.

Presidida por la imponente escultura 'Araña' (1996), verdadero emblema autobiográfico que con sus ocho metros de diámetro y tres de altura se ha instalado en el patio del Palacio de Buenavista, la exposición se distribuye en nueve salas ('La fugitiva', 'Soledad', 'Trauma', 'Fragilidad', 'Estudios naturales', 'Movimiento eterno', 'Relaciones', 'Dar y recibir' y 'Equilibrio') en las que predomina la escultura, desde los 'personajes' realizados en madera que Bourgeois creó para mitigar su soledad neoyorkina en los años 40 hasta sus reconocibles figuras de látex, pasando por otros materiales como la goma, el aluminio y la escayola. Los traumas infantiles, la condición femenina, el cuerpo como principio antropológico, la lectura psicoanalítica de la sexualidad y su plasmación en el mundo onírico, la dificultad problemática con la que Bourgeois distribuyó su tiempo y su alma entre el arte y su familia, la pasión por la geometría, la sublimación del dolor a través de la creación, el encuentro del 'yo' con el 'tú' como principio armónico y otros muchos aspectos alimentan una propuesta que, como su propio título indica, se percibe como una redención, de 'abajo' a 'arriba'. En sus últimos años, Bourgeois cosió en un pañuelo (incluido en la exhibición) este lema: "He estado en el infierno y he vuelto. Y permítanme decirles que es maravilloso". Su aventura se materializa ahora, con detalle, en el Museo Picasso, lo que también reviste no pocas oportunidades interpretativas dada la admiración que la artista profesó por el malagueño.

La exposición, que incluye asimismo un amplio recorrido biográfico en fotografías y la proyección del documental de Nigel Finch 'Louise Bourgeois: No Trespassing', se completa con el seminario que el Museo Picasso celebrará sobre la artista mañana y el viernes, además de conciertos, actividades familiares, talleres y otras actividades que se celebrarán hasta el verano. Nada mejor que dejarse conquistar por tan encantadora mujer y lo que tuvo que decir. No fue, precisamente, poco.