Cultura

Así regresa un pintor

  • La Asociación Huerta del Ángel, en la que militan artistas como Eugenio Chicano y Aurelio Díaz 'Buly', rinde homenaje a Robert Harvey con un mural conmemorativo en Macharaviaya

Basta pasear por Macharaviaya y dejarse conquistar por el silencio cómplice y amistoso que corona sus paisajes para comprender que Robert Harvey no terminó de irse nunca, por más que las musas que tanto le tentaron decidieran llevándoselo en mayo de 2004. El pintor, nacido en 1924 en Lexington (Carolina del Norte, EEUU) y heredero directo de la Escuela de San Francisco con un personal regusto pop, llegó al municipio axárquico en 1971 y aquí decidió quedarse, deseoso de hacer suyo este lado del mundo, con todo su tiempo y toda su historia, desde tan discreta atalaya. Harvey no tardó en comulgar con los artistas cercanos que cojeaban por aquel entonces del mismo pie hasta hacerse imprescindible, no sólo en lo artístico: también, y muy especialmente, en lo humano. Harvey representó para la cofradía cultural del entorno la figura del amigo americano, el apóstol de la contracultura, el proveedor de noticias de otros confines y, al mismo tiempo, el vecino confidente y encantador. Maribel Quiñones Martirio, que compró una casa en Macharaviaya para hacerse igual de imprescindible, cultivó también la amistad y la sabiduría del pintor con esmerado requiebro. Por todo esto, muy a pesar de su muerte, Robert Harvey estaba destinado a seguir habitando entre nosotros. Y por eso, ya el año siguiente de su fallecimiento, sus amigos decidieron reunirse en Macharaviaya para alentar su memoria, con la espontaneidad requerida. La costumbre, sin embargo, no tardó en adquirir periodicidad anual y el grupo decidió institucionalizar los encuentros y ubicarlos entre finales de mayo y comienzos de junio. Lo que empezó siendo una velada informal en torno a una paella incluyó después exposiciones, conciertos y otras actividades mientras el colectivo se bautizaba como la Asociación Huerta del Ángel, en honor al suelo donde residió Robert Harvey. El pintor Aurelio Díaz Buly, portavoz de la agrupación, apunta al respecto que el pintor "tenía la facultad de unir a todo el que se acercaba a él. A poco que empezabas a conocerle, conocías también a más gente. Y esto nos afectó a todos, tanto en lo artístico como en lo personal".

La próxima reunión de la asociación se celebrará este sábado con una ocasión especial: la inauguración de un mural en el mismo corazón de Macharaviaya con el que los amigos pintores de Robert Harvey han decidido rendir homenaje a su compañero e inspirador. Eugenio Chicano, Aurelio Díaz Buly, Fernando de la Rosa, Sabina Huber, Domingo Moreno y el resto de miembros han puesto toda la carne en el asador en los últimos días para la culminación de una bella estampa que reconoce el magisterio de Harvey y la impronta que dejó en el pueblo. Aurelio Díaz explicó que el mural bebe de diversas fuentes: "El punto de partida fue un cuadro que pintó Chicano dedicado a Harvey. Después, añadimos algunos elementos de una reinterpretación que hice yo de otro lienzo de Harvey. Y, más tarde, Domingo Moreno y los demás artistas de la Factoría Pláxtica completaron el mural con algunos apuntes de su cosecha. En realidad, todos los artistas que han participado han dejado su huella a modo de tributo". El propio Robert Harvey preside el mural, secundado por dos fantasmagóricas presencias que evocan su propia iconografía.

Además de la presentación del mural, el Coro Nostro tempo ofrecerá un concierto el sábado en la iglesia de San Jacinto y posteriormente se inaugurará en el Museo de los Gálvez una doble exposición, que reúne las versiones de un cuadro de Harvey dibujadas por los niños de los colegios de Macharaviaya y Benaque y los carteles que Domingo Moreno ha realizado para las diez ediciones de estos encuentros. En otras ocasiones, como en el mismo Museo de los Gálvez de Macharaviaya en 2009, así como en la Sociedad Económica de Amigos del País de la capital malagueña en 2012, los miembros de la Asociación Huerta del Ángel han reunido las obras que legó en ellos Robert Harvey para jugosas exposiciones. El mejor antídoto contra el olvido, en fin, es la amistad: la mayor de las bellas artes.

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