Cultura

Mi reino por un distribuidor

  • El Ciclo de Humor del Teatro Cánovas, que arranca hoy con amplia participación malagueña, revela una efervescencia creativa de las compañías de aquí a pesar de las escasas estructuras de promoción· Ciclo de Humor. Teatro Cánovas (Plaza de El Ejido) y Sala Gades (C/ Cerrojo). Desde hoy hasta el domingo 7. Entradas para funciones de sala: 10 euros en el Cánovas y 6 euros en la Gades. Más información en www.juntadeandalucia.es/ cultura/teatrocanovas

El Ciclo de Humor del Teatro Cánovas, dedicado a la comedia en sus más diversas manifestaciones escénicas, se celebra desde hoy y hasta el domingo con una amplia participación malagueña: cinco de las ocho compañías anunciadas (todas ellas muy jóvenes aunque con diversos recorridos en cuanto a veteranía) se fundaron y residen en la provincia, y de ellas tres presentan estrenos absolutos. El cartel revela así, de manera significativa, que el teatro malagueño, lejos de haberse dormido, se muestra muy activo, pero, como ocurre a menudo, su principal reto es hacerse notar. La posibilidad de reunir a los representantes de estas agrupaciones sirve en bandeja, de cualquier manera, la formulación de un análisis sobre el actual panorama teatral malagueño.

La propuesta del Ciclo de Humor se concreta en el siguiente cartel: hoy, la compañía sevillana La Butaca Roja presenta Dudual News en el Cánovas; mañana jueves, Caramala estrena La hora feliz en el mismo escenario, donde el viernes Mandrágora presenta No tengo palabras; también el viernes, Ofú Teatro estrena en el exterior del teatro Amén Amén; el sábado, los sevillanos La Serda llevan El delirio al Cánovas mientras que, de nuevo en el exterior, Síndrome Dario hace lo propio con Fiebre y hambre; y el domingo 7, los catalanes Los Excéntricos escenifican en el Cánovas Rococó Bananas mientras que en la Sala Gades la nueva alianza entre Manolo Carambolas y Rolabola sirve el estreno de Cirkea. Salvo las indicadas, el resto de compañías son malagueñas.

El actor Antonio Zafra, que ha participado en varios montajes del Centro Andaluz de Teatro y comparece en este festival como miembro de Mandrágora, explicó con respecto a la actividad de las compañías que, si bien hace unos años "lo normal era que cada uno fuéramos por nuestro lado", lo habitual ahora "es un mestizaje entre agrupaciones, con trabajos realizados en común entre artistas procedentes de compañías diferentes; hay un interés general por compartir esfuerzos para crear montajes nuevos y eso favorece mucho las cosas". Lo que sigue resultando difícil es la posibilidad de presentar ese trabajo al público: Zafra apuntó al respecto que los medios de distribución siguen siendo escasos y lamentó la desaparición de la programación municipal del teatro en los distritos RedMálaga, "porque que dejara de celebrarse ha significado para muchas compañías, sencillamente, perder diez funciones o más cada año. Y eso es mucho". Precisamente, el alcalde, Francisco de la Torre, apuntó ayer que el Ayuntamiento estudia actualmente diversas fórmulas para devolver el teatro a los barrios en un plazo máximo de dos temporadas, aunque aún sin presupuesto.

La actriz Virginia Muñoz, de Caramala (grupo fundado hace sólo nueve meses), incidió en la idea de que las compañías "buscan estimulación mutua para crear sus espectáculos. Hay una competencia sana, si tú estrenas tal fecha yo quiero estrenar tal otra. Las posibilidades de trabajo son pocas, pero las ganas de mostrar lo que hacemos son muchas". En cuanto a los problemas de promoción, y a falta de un distribuidor que apueste de manera decidida por estas propuestas, Alfonso de la Pola, de la compañía Rolabola, se mostró decididamente pragmático y consideró que "nuestra generación de actores está creciendo y eso tiene como primera consecuencia una mayor profesionalidad; lo deseable, a falta de un medio de distribución que nos permita presentar nuestras obras con eficacia, es que nosotros mismos seamos capaces de crear nuestras propias estructuras empresariales y funcionar con autonomía en el marco de las industrias culturales". En la medida en que las compañías asuman la gestión no sólo su de dedicación artística, sino también de la económica, "seremos capaces de llegar a las salas y los festivales que nos interesan". Los jóvenes actores malagueños ya no tienen miedo a la taquilla.

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