música

Este remedio que cura los males

  • La israelí Noa presenta hoy en el Cervantes su último álbum, 'Love medicine', un trabajo que recupera algunos de los mejores registros de la cantante

Noa, con el guitarrista Gil Dor, en un concierto reciente.

Noa, con el guitarrista Gil Dor, en un concierto reciente. / málaga hoy

Achinoam Nini (Tel Aviv, 1969), más conocida como Noa, es ya una vieja conocida del público malagueño que acude a buscar conciertos al Teatro Cervantes. Hoy regresará a las 20:00 a este escenario para presentar su nuevo álbum, Love medicine, un trabajo de carácter optimista que reivindica el carácter sanador de la música y que, de alguna forma, puede considerarse una síntesis de sus más de 25 años de carrera: bajo su apariencia acústica, tangencialmente jazzística y formalmente amable, laten referencias a los popes de la música brasileña (comoShalom, versión en hebreo de A paz de Gilberto Gil; y Nothing but a song, inspirada en Milton Nascimento), los cantautores españoles a los que profesa especial debilidad (You / Tú está dedicada a Joaquín Sabina, quien presta su voz al tema para una versión bilingüe y quien toma así el relevo de Joan Manuel Serrat y otros cómplices que también formaron dúo con Noa) y figuras del jazz como Pat Metheny y Manu Katche. Pero, más aún, Love medicine recupera algunos de los mejores registros de la artista, los que allá por los 90 contribuyeron a hacer de la misma adalid de la entonces tan en boga world music. Así, Noa se presentará hoy en Málaga con una formación reducida pero suficiente para dar cuenta de estos matices, liderada por el guitarrista Gil Dor (aliado esencial desde el comienzo de su carrera) y completada por el contrabajista Adam Ben Ezr y el percusionista Gadi Seri. La propia protagonista dejará también constancia de su oficio a la percusión, como suele, para alentar la memoria rítmica de sus orígenes yemeníes.

Noa regresa a Málaga pocos meses después de la gira que compartió el pasado diciembre en varias ciudades de Israel con Pasión Vega, en la que declaró abiertamente ante su público más cercano su amor por la música española. Lo cierto es que la aparición del recopilatorio Gold en 2003, donde firmaba otros mano a mano con músicos como Serrat, Miguel Bosé y Carlos Núñez, abrió las puertas a Noa de un mercado español que nunca ha dejado de interesarse por sus incursiones al respecto (y que cayó especialmente rendido ante su versión cantada de la partitura para La vida es bella). Y ha sido su exotismo, o la oportunidad del mismo, lo que le ha otorgado condición de favorita a este lado del Mediterráneo ante públicos amplios con un toque de distinción. Sin embargo, la música de Noa ha dado y da para mucho más. Su primer álbum internacional, Noa (1994), contó con músicos de sesión de la talla de Pat Metheny, Steve Rodby, Lyle Mays, Luis Conte y Bill Evans. El muy recordado Calling (1996) tomó el pulso con valentía a la situación política de Israel de la mano de un sonido contundente y directo, mientras que Blue touches blue (2000) acercó a Noa a la escena pop británica de la mano del productor Mike Hedges. Desde entonces, no han faltado proyectos sinfónicos, folk ni de otras índoles. Al fin y el cabo, se trata de música: eso que todo lo cura.

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