Cultura

Con diez salas menos

  • El cierre del Multicines Larios de Cinesur añade más leña a la ya abultada memoria cinematográfica malagueña · El modelo ligado a los centros comerciales, que se creía imparable, se cobra su primera víctima

Desde el jueves de la semana pasada, la capital malagueña cuenta con diez salas de cine menos. El Multicines Larios cerró sus puertas tras de 15 años de actividad después de que la familia Sánchez-Ramade culminara el proceso de venta de la cadena Cinesur, a la que pertenecían las instalaciones, a la empresa británica Cineworld, en un paquete en el que el multicines (además de otras salas de Jaén, Córdoba y Madrid) no estaba incluido. Sin posibilidad de acceder a otro comprador, el Multicines Larios ya es historia mientras el resto de salas de Cinesur de la provincia (Málaga Nostrum en la capital, El Ingenio en Vélez-Málaga, Miramar en Fuengirola, Plaza del Mar en Marbella y La Verónica en Antequera) pasan a manos de Cineworld. Si el cierre de cualquier sala de cine se traduce en un aluvión de nostalgia (además de los trabajadores, en este caso 15, que se quedan en el paro), la clausura del Larios viene a revelar que la crisis que atraviesan las salas de proyección en España no atañe sólo, ni mucho menos, a los circuitos tradicionales de exhibición. Si exceptuamos el temprano traspaso de las salas de Vialia desde la cadena Lux Cinemas a Yelmo Cineplex, puede afirmarse que, con el cierre del Multicines Larios, la marea se cobra su primera víctima en la ciudad dentro de un modelo que parecía imparable: el ligado a los centros comerciales.

Cuando el Larios abrió hace quince años las puertas de sus flamantes diez salas, equipadas con las últimas tecnologías en la reproducción de imagen y sonido, este modelo apenas había dado sus primeros pasos en la ciudad. El Multicines Rosaleda, pionero al respecto desde su atalaya del centro comercial del mismo nombre, llevaba pocos años abierto y todavía faltaba mucho para que Vialia y Plaza Mayor terminaran de ganar la partida contra el Victoria, el Andalucía y el Astoria, condenados al cierre y todavía admirables en su condición cadavérica. Pero el Multicines Larios fue el primero en trasladar el binomio cine de palomitas / tiendas como fórmula de ocio al centro de Málaga, y lo hizo entrando en competencia directa con el América Multicines, al que le separaban apenas cincuenta metros en la zona del Perchel, por entonces primero motor de la renovación urbanística de la ciudad. Durante algunos años resultó casi litúrgico ver cada fin de semana, en la Avenida de las Américas, a cientos de adolescentes repartidos entre las colas de uno y otro complejo. La competencia, de hecho, resultó beneficiosa para ambos, a pesar de que la oferta (con diez y siete salas respectivamente) era notablemente similar y de que el América Multicines se apresuró a instalar en sus salas de mayor aforo la misma tecnología de sonido THX de la que hacía gala el Larios. Finalmente, el América Multicines, inaugurado en 1979, perdió la partida y cerró sus puertas con el nuevo siglo, pero no influyó en esta decisión la competencia del Larios, sino las quejas de no pocos vecinos respecto al alto volumen de las proyecciones. Finalmente, el Multicines Vialia, de la mano de Lux primero y de Yelmo Cineplex después, queda destinado a absorber a todo el público que antaño alimentara a ambos cines.

Con el reto que presentan los nuevos canales de distribución y que afecta por igual a todas las salas de cine en España, el Multicines Larios pasa a mejor vida (con él sus gigantescos carteles publicitarios, su ambigú y sus otras señas de identidad) como tantos otros cines en Málaga en las últimas décadas, desde el Coliseum al Astoria, desde el Aleixandre al Atlántida, del Victoria y el Andalucía al América Multicines y el Regio. A tenor del ejemplo del Albéniz, sólo la intervención pública parece hoy garantía suficiente para el negocio.

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