Cultura

Sanz Irles: "La idea de los jóvenes al poder está bien como lema, pero hay que tomarlo con reserva"

  • El novelista afincado en Málaga presenta su última obra 'Leontiel' esta tarde en el Centro Andaluz de las Letras

Luis Sanz Irles con su última novela 'Leontiel'

Luis Sanz Irles con su última novela 'Leontiel'

El poder. Este es el eje sobre el que Sanz Irles construye su última novela. Leontiel le pone nombre a la obra y al lugar ficticio en el que se desarrolla este juego entre los que dan órdenes y los que las obedecen. La tercera novela de Luis Sanz Irles se aleja de todo lo publicado hasta ahora. Este jueves a las 19:30 en el Centro Andaluz de las Letras se darán algunos detalles de unas páginas en las que se puede encontrar un cuidado gusto por el lenguaje y la forma. El escritor Luis Antonio de Villena será el encargado de la presentación de una novela que se define como culta pero sin ser pesada.

¿Qué podemos encontrar en Leontiel?

Es una reflexión muy personal sobre las relaciones entre dominadores y dominados. Sobre todo se trata la parte psicológica de esa relación, que no siempre es frágil, la parte ética y moral y el derecho a la rebelión, pero también se trata la necesidad de que exista ese poder. La reflexión queda revestida de una densidad literaria, con la que los entendidos del buen lenguaje y el lenguaje creativo van disfrutar.

¿Quiénes son los Montero-Estella (familia que protagoniza la novela)?

Es una familia que a lo largo de tres generaciones es la que ejerce un poder, que es casi tiránico y arbitrario, en el lugar donde se desarrolla la novela (Leontiel) que recorre todo el siglo XX español. Lo que el narrador cuenta, que forma parte del grupo de los sometidos, es su personal visión sobre lo que piensa de esta familia, ya que ha vivido muy cerca de ellos. El narrador tiene la fineza psicológica de diferenciar entre las personas que ejercen el poder por méritos o esfuerzos propios y las que reciben un poder que han fabricado otros. Él llega a respetar y a entender al primer grupo, pero no al segundo. La saga de los Montero-Estella tiene un componente mítico, incluso ápices bíblicos que se mezclan con otros clásicos.

¿Podemos confirmar que el poder es el tema principal de la novela?

El tema sin duda es el poder y la dominación pero también los correlatos de estos como pueden ser el sometimiento o el servilismo. Esta dinámica se da en muchas dimensiones: poderosos frente a débiles, pobres frente a ricos, hombres frente a mujeres, mujeres frente a hombres, adultos contra niños. El análisis se da en muchos planos que a su vez da lugar a una novela bastante coral.

Su novela habla de los efectos psicológicos del poder ¿qué significa este para usted?

El poder es una característica humana que puede salir o no y que cuando sale de determinada manera sirve para organizar la sociedad y permitir la convivencia. Después se puede ejercer bien, mal o regular, eso es otro tema. El poder surge porque el individuo tiene la capacidad de imponerse a los demás, no necesariamente por fuerza bruta. Es una facultad innata de algunos individuos. La relación ante el poder también es innata. Hay gente que no quiere ser líder, pero tampoco rebaño. Dentro de este grupo están los que se revelan, algunos lo hace con éxito y otros sucumben. También hay gente que agacha la cabeza, esto no es ni bueno ni malo. Está la parte individual del poder y después está la traslación a la sociedad, que ya es la parte política. La política es organizar la sociedad, da mucha guerra pero tampoco se puedes soslayar, a no ser que te vayas a una ermita, que no me parece la mejor solución.

¿Cuáles considera que son los problemas de la sociedad actual con el poder?

Creo que por una parte el riesgo está en el poder anónimo, el que se ejerce sin que la víctima sepa de dónde le viene ese poder. Esto puede ser un producto de la globalización y provoca que personas que no te conozcan puedan tomar decisiones que afectan a tu vida a miles de kilómetros de ti. Por otra parte creo que hay un riesgo relacionado con el desencanto con las democracias liberales europeas, y tenemos mucha culpa de ello. Estas siguen siendo el mejor sistema para organizar sociedad, pero no estamos sabiendo defenderlo, ni hacerlo efectivo, ni plantándole cara a las corrientes totalitarias, como es el caso de Putin. Esta es una de las tantas manifestaciones que me temo que podamos ver en el futuro. El totalitarismo es una manifestación enfermiza de un poder enfermizo basado en la mentira. Es un peligro que siempre ha estado ahí, pero que ahora los vemos más de cerca.

¿En qué género está constituida la novela?

No me gustaría definirla porque no responde a una novela de género. Podría ser dramática o psicológica, pero también tiene parte histórica. El estilo de Leontiel es la variedad de estilo. No es que le tenga miedo a definirla, sino que cualquier definición precisa no seria correcta. En cuanto a la composición, podría decir que es una novela culta pero entretenida. El argumento es serio, pero en todos los huecos de la novela te pueden saltar guiños de amor, divertimento, escenas sobre lo absurdo o tramas violentas. Es un tema muy gordo pero tratado sin pesadumbre, con algunas situaciones muy fuertes y otras divertidas. Me ha divertido hacerlo así porque son muchos los personajes, por lo que cada uno requiere un tono. Algo que se refleja en el uso del lenguaje, ya que he querido revitalizar el español.

¿Qué relación tiene Leontiel con las dos novelas anteriores Una callada sombra (2012) y Tulipanes y delirios (2016)?

Creo que hay una maduración en el estilo. Con las otras dos saldé algunas deudas autobiográficas. Leontiel no es nada de eso, es pura creación artística desde 0. En esta hay mayor densidad literaria, con una razón que no es puramente estética, sino porque trato de que la literatura sea literatura. Intenté crear un mundo ante el lector con las características que yo quería para que el lector se haga la imagen que yo espero. Es una novela bastante diferente pero con una orientación ética similar a las de mis otras obras.

¿Qué opinas del panorama actual de la literatura y la publicación de novelas?

La idea de ‘los jóvenes al poder’ está bien como lema, pero creo que hay que tomarlo con mucha reserva. Hay una cierta infantilización de la vida social y publica que repercute en la política, la cultura y el arte. Esto de reclamar derechos y no cumplir con los deberes o no funcionar con alguna idea a largo plazo son rasgos de niños. Creo que se hace literatura tan mala y tan buena como antes, pero creo que hay una parte de infantilización. Por otra parte, echo de menos la ética del idioma. La elección de un estilo para una obra propone un itinerario para el lector. Creo que este aspecto está atendido en la literatura actual, pero considero que debe tener más cabida. Todo esto viene dado por las tecnologías actuales, que permiten la ‘sobre publicación’ y hacen que el lector necesite un mayor juicio. Como lector trato de confiar en el filtro del tiempo para elegir mis libros. En este punto admiro el papel de las editoriales, que aun siendo empresas tienen una vocación para estar al servicio del arte. Soy critico con ellas, pero sé el rol que desempeñan y tienen gran relevancia.

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