Saox, el productor malagueño ganador de un Latin Grammy de la mano de Bad Bunny

Álvaro Jerez Barranco ha producido 'El Clúb', tema que forma parte de 'Debí tirar más fotos', ganadora de Álbum del Año

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El productor malagueño Saox en el estudio. / M. H.

Detrás del éxito de Debí tirar más fotos, el último álbum de Bad Bunny, un trabajo que acaba de ganar el Latin Grammy y que además compite por el Grammy estadounidense a Álbum del Año, hay un malagueño: Saox. Álvaro Jerez Barranco es un malagueño de 36 años que desde 2023 reside en Puerto Rico y se dedica a su pasión, ser productor musical. "Sentí que tantos años de trabajo me demostraron que podía llegar donde sea", admite en una entrevista con este periódico. Ver su nombre en los créditos del artista más influyente de la música latina actual es, para él, la confirmación de que la intuición que tuvo de niño era cierta.

Su colaboración en el tema El Clúb nació sin grandes historias detrás. "Mandé la idea de la canción por WhatsApp, fue espontáneo, no tiene mucha ciencia", explica. Llevaba años enviando música al equipo de Bad Bunny, temas que gustaban pero que nunca llegaron a materializarse. Esta vez, en cambio, la chispa prendió. La maqueta, nacida de una rutina casi diaria de composición, encontró su sitio exacto: "Yo hago música para mí, no estaba pensando en Bad Bunny, y la envié porque sentía que le podía quedar bien, y se dio".

La relación entre ambos, sin embargo, venía de antes. Saox recuerda perfectamente el momento en que coincidieron por primera vez: Torremolinos, 2017, en un DJ set suyo, en una época en la que aún no vivía de la producción. "La primera vez que él cantó en Málaga fue conmigo", cuenta. Un año después lanzó Olvidemos, un tema junto a Rauw Alejandro, Álvaro Díaz y Sousa. Ese videoclip captó la atención del mánager de Bad Bunny, que quiso ficharlo. "Él preguntó quién era yo, nos reunimos y quiso firmarme. No se dio porque yo tenía un contrato con Sony ATV, pero desde entonces mantuvimos la relación", relata.

Esa conexión fue decisiva años después. Saox siguió enviando distintoas melodías e ideas. Muchas quedaron en pausa, otras se descartaron por cambios de planes, pero la relación con el equipo se mantuvo intacta. Cuando por fin quedó libre de su contrato editorial, el productor malagueño tomó una decisión que cambió su vida: mudarse a Puerto Rico. "Como ya tenía mucha relación con el equipo de él y con artistas de aquí y de Miami, decidí moverme, no tenía sentido quedarme en Málaga tanto tiempo", confiesa con acento puertorriqueño.

El salto geográfico fue también un salto artístico. La industria estadounidense y caribeña, con su ritmo frenético, le ofrecía justo el terreno que buscaba. "En Málaga todo va más lento y para la visión que yo tengo de mi carrera necesitaba moverme, conocer gente, grabar, estar en el sitio", refuerza. Desde entonces vive entre estudios de Miami, San Juan y colaboraciones constantes. Allí se fraguó El Clúb y terminaron de cerrarse las piezas de un reconocimiento que no esperaba tan pronto.

El éxito actual contrasta con el origen humilde del camino de Saox. Empezó adolescente, escribiendo y rapeando, sin productores que encajaran con la música que quería hacer: "Yo empecé a hacer música para mí, me involucré tanto en la producción que se convirtió en un puente para trabajar con la gente que realmente me inspiraba". Ese imaginario lo formaron artistas como Kanye West, raperos americanos, Jay-Z o Drake. Sus referentes, aunque lejanos, guiaron su camino.

Lleva desde los 14 años creando música, aunque no fue hasta la adultez cuando el oficio se volvió profesión. Su carrera como DJ, especialmente sus giras por España, le permitieron sobrevivir económicamente mientras perfeccionaba un sonido que encajase con su personalidad. Esa etapa, dice, lo preparó para entender los clubs, los públicos y la energía que luego ha sabido traducir en producción.

El éxito de Debí tirar más fotos confirma que su intuición creativa conecta también con artistas de escala mundial. El álbum ha marcado un nuevo hito: es solo la segunda vez en la historia que un disco en español compite al Grammy estadounidense a Álbum del Año junto a todos los grandes proyectos anglosajones. "Ser un malagueño que esté ahí… me puedo dar una golpe en el pecho", admite sin poder disimular la sonrisa telefónica.

La suya es una historia de constancia, intuición y movimiento. Un viaje que empezó en un piso de Carretera de Cádiz, pasó por clubes de Torremolinos y giras de DJ, y hoy se escribe desde los estudios del Caribe. Un trayecto que, según él mismo reconoce, apenas ha despegado. Después de tantos años de trabajo, Saox siente que ahora sí, por fin, está en el lugar correcto para hacer la música grande con la que soñaba cuando era un chaval que producía solo para escucharse a sí mismo.

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