Cultura

Más 'steam' que 'punk'

Se llama steampunk al subgénero de la ciencia ficción en el que la tecnología basada en la máquina de vapor -y por extensión en la ciencia decimonónica- se ha desarrollado hasta alcanzar niveles futuristas; y los ambientes que en él se plantean suelen ser sociedades anacrónicas inspiradas en la Inglaterra victoriana. No está de más hacer notar que el término es una derivación del también subgénero fantacientífico ciberpunk, en donde ciber -de cibernética- se sustituye por steam, que justamente significa "vapor" en inglés.

El capitán Swing y los piratas eléctricos de la Isla Cenicienta es todo lo steampunk que puede serlo, con esos barcos que vuelan por el éter animados por la fuerza eléctrica y esas fábricas piratas con calderas y engranajes gigantes. El escritor Warren Ellis -no confundir con el músico de igual nombre-, más conocido por obras tan chulas como The Authority o Planetary, ofrece poco más que una ambientación consabida al lector de El capitán Swing; ese poco más es un grupo de personajes bien disfrazados, pero poco caracterizados, en otras palabras, simples como una fantasía adolescente, y un conflicto muy recurrente: los compañeros libres -piratas para más señas- contra el poder establecido, o sea, policía, jueces y mercaderes.

Dicho esto, si el volumen recientemente editado en castellano por Editores de Tebeos se sostiene a alto nivel es gracias al notable esfuerzo de Raúlo Cáceres, que se sobrepone a los tópicos narrativos y a un pésimo coloreado y nos deleita con una hermosa, elaborada y convincente puesta en escena, un ritmo elegante y una magnífica caracterización, que hacen que uno se quede embobado mirando las páginas. A destacar las excelentes portadas de la miniserie y la galería de ilustraciones que cierran el tomo; de lo mejor que ha hecho Raúlo hasta la fecha.

Warren Ellis, Raúlo Cáceres. Editores de Tebeos. 128 páginas. 15 euros.

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