Suspense psicológico y drama en 'El acto final', una nueva novela que nace en Málaga

Málaga se ha convertido en la provincia de una creciente ola de escritores que apuestan por el thriller, un género que en los últimos años ha ganado fuerza en la ciudad y que antes parecía reservado casi en exclusiva a autores de habla inglesa. María José López debuta en este género con El acto final y confiesa su admiración por Javier Castillo, a quien considera una de las voces más sólidas del thriller español contemporáneo: "Él ha hecho mucho por la novela negra desde Málaga y para Málaga". Para ella, seguir ese camino es también una forma de demostrar que la provincia no solo lee suspense internacional, sino que lo crea y exporta con la misma intensidad.

Con 29 años, López compagina su trabajo como profesora de infantil en Salesianos con la escritura de novela negra, una dualidad que, a simple vista, parece opuesta. Mientras en las aulas cultiva la ternura, la paciencia y la imaginación de sus alumnos más pequeños, en sus páginas se sumerge en tramas oscuras, crímenes y giros inesperados. "No tienen nada que ver, y eso es lo más divertido", admite entre risas. Ella misma reconoce que ese contraste le resulta estimulante, como si cada faceta de su vida alimentara a la otra: la calma del día a día escolar frente a la intensidad y tensión de sus historias.

En su primera novela, El acto final, el internado San Jerónimo no es solo un escenario: es un personaje más, con paredes que susurran memorias y pasillos que parecen alargar las sombras. La autora teje un ambiente opresivo, donde el crujir de la madera y el golpe constante del viento no son simples detalles, sino presagios. En este lugar apartado del mundo, cada mirada y cada gesto se cargan de significado, y lo que parece un refugio educativo pronto se revela como un tablero de ajedrez en el que todos son piezas dispuestas a sacrificarse… o a atacar.

El relato combina el suspense psicológico con la intensidad emocional de las relaciones humanas, especialmente aquellas que nunca debieron existir y, sin embargo, florecieron bajo la nieve. Amores clandestinos, rivalidades sin tregua y pactos sellados en silencio se entrelazan en una red donde las lealtades se quiebran al menor roce.

La trama no surge de"un chispazo ni de una idea en concreto", sino que es un conjunto de ideas, de situaciones que se dan "después de haber leído muchos libros, después de haber visto mucho True Crime, que ahora está tan de moda", y también después de haber leído tanto misterio como he leído, principalmente, Agatha Christie", explica María José. Según la escritora y profesora, son un conjunto de ideas y preguntas, como "cómo sería encubrir un crimen o una serie de crímenes con los que tú te ves obligado a encubrirlos, no tienen nada que ver con estos crímenes y encima te afecta". De ahí surge una primera idea y, poco a poco, se va "esclareciendo en la niebla".

Sobre el proceso de escritura, confiesa que no ha encontrado obstáculos insalvables: "Dificultades como tal no me he encontrado, pero el reto de no caer en los clichés de género o no crear una femme fatale o un detective atormentado". También ha intentado mantener la intriga "en todo momento". Durante la narración, mantener al lector "enganchado" y dar realismo a la trama. "Un asesinato no te da para una historia, sino que tiene que haber una subtrama, tiene que haber un pilar principal sobre el que caiga toda esta historia", comenta.

Para ella, la verosimilitud es un elemento fundamental. "También nosotros muchas veces, los seres humanos, tratamos de buscar la lógica y tratamos de buscar la realidad según lo que hemos vivido en las historias que nos cuentan, en las historias que leemos o en las series que vemos", reflexiona. Según la joven de 29 años, el ser humano intenta "buscar el realismo": "Eso también ha marcado mucho los tiempos, los lugares y las personas que hay en esta novela".

Más que una historia de misterio, El acto final es un espejo turbio de las pasiones humanas. Sus protagonistas, atrapados entre el deseo de redención y el peso de sus culpas, deberán enfrentarse a la pregunta más difícil: ¿hasta dónde están dispuestos a llegar por la verdad? Porque en San Jerónimo, la justicia nunca llega sola… y la venganza tampoco olvida el camino. Cada revelación puede ser una llave hacia la libertad o un disparo final en una partida donde no hay segundas oportunidades.