La tormenta musical de Marc Anthony arrasa en Starlite Occident
"Esto es un concierto de salsa y la salsa se baila", saludó el artista
Marc Anthony, Alejandro Fernández y Emilia se unen al cartel del Starlite 2025

Marbella/Marc Anthony inauguró anoche su doble cita en la cantera de Starlite Occident con un concierto intenso y lleno de baile. El neoyorquino y vecino dde Miami actuó dentro de su esperada gira Marc Anthony En Vivo, ofreciendo un espectáculo cargado de ritmo y potencia escénica, en el que no faltaron sus grandes éxitos con la entrega desbordada tanto por parte del artista como de su público que, puntual, llenó el espacio al aire libre para vivir una noche que se repetirá este jueves 4 de julio en el mismo escenario.
Cuarenta minutos después de lo previsto, a desde los primeros acordes de Pallá voy, el cantante y el público dejaron claro que la noche sería una cita de amor caribeña. Las pantallas laterales mostraban cada gesto, cada expresión del estadounidense, mientras su voz se abría paso sobre una orquesta de 16 músicos y coristas perfectamente alineados: diez a la izquierda, seis a la derecha y él, la estrella de la noche, en el centro exacto del escenario.
El público, entregado desde el primer minuto, respondió como se espera en una cita así: con euforia, con aplausos, ejerciendo coros espontáneos. Valió la pena y Y hubo alguien confirmaron que el repertorio estaba a la altura de lo esperado, un repaso por una discografía que ya forma parte de la historia de la música latina. Cada tema del neoyorquino era recibido en la cantera como un amigo de toda la vida que vuelve del otro lado del charco.
El auditorio, lleno hasta el último escalón, retumbaba al ritmo de los altavoces: aplausos, gritos de entusiasmo y esa conexión real entre artista y asistentes. Algunos seguían en pie desde el comienzo, brazos en alto, móviles encendidos para inmortalizar momentos, mientras otros preferían dejarse llevar sentados, con la mirada fija y disfrutando del momento. Cada gesto de Marc Anthony era respondido con vítores y mucha energía.
Pero también hubo momentos de pausa, más apaciguados, de una mayor carga emocional. Hasta ayer y Flor pálida se colaron con delicadeza, como una caricia hecha canción, con sentimiento. "Buenas noches, es la primera vez en esta gira que andan sentados, esto es un concierto de salsa y la salsa se baila, esta noche vamos a cantar un poco de todo", saludó el cantante, con la voz rota de emoción por el reencuentro y los ojos con ese brillo especial que destella bajo los focos. El auditorio, a cielo abierto, parecía contener la respiración con él.
Con Volando entre tus brazos y ¿Qué precio tiene el cielo?, el romanticismo del artista neoyorquino cambió de rumbo hacia el drama. Marc Anthony cantaba con el cuerpo entero, desde el alma, como si cada nota se le fuese la vida en ella. Después su versión de ¿Y cómo es él?, de José Luis Perales, muy aplaudida, rozó el deleite vocal, desafiando cada nota al límite vocal con una interpretación intensa.
Mala, Te conozco bien y Parecen viernes devolvieron el auge rítmico a la noche. La orquesta, con una interpretación descomunal, mantenía la tensión y la noche viva con una precisión que hipnotizaba. El cuerpo del público se movía ya sin control alguno, obedeciendo al instinto al escuchar los ritmos latinos. En Tu amor me hace bien hubo baile, algunas gotas de sudor, una reconciliación colectiva con el deseo de celebrar una noche irrepetible.
La cúspide, la guinda sobre el pastel, como no podía ser otra, fue el himno: Vivir mi vida. La canción fue coreada a grito limpio, como si la felicidad se escapase en cada suspiro, dejándose el alma en la cantera marbellí. “¡Gracias Marbella!”, gritó Marc Anthony instantes antes de perderse entre la ovación del público. El eco aún retumbaba cuando las luces se encendieron, como si no quisieran aceptar el final de una cita memorable.
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