Una trompeta de oro que limpia todos los pecados
Él es la estrella, sin Arturo Sandoval no se aguantaría tanto jazz progresivo como el que sonó anoche en el Teatro Cervantes. El cubano es uno de esos tipos que tienen es extraño magnetismo que te lleva a sonreír ante lo que no soportarías de otro. Así son las cosas. "Que sitio tan bonito tienen aquí", dijo el trompetista con alma de pianista y espíritu de entertainer.
Sandoval hace que te lo pases bien, y parece que él también se lo pasa bien. "Gracias por haber venido, demuestran tener buen gusto", bromeó. Y si gasta chistes fáciles, aunque efectivos, musicalmente también se las trae. Su maestría es evidente incluso para un sordo -y yo me acerco a esa dolencia a una velocidad de Mp3-. El arranque, un Brocken heart latino y cool, dio paso a un jazz rock dudosos. Ahí comenzó uno de los problemas de la noche: la batería. Demasiado duro y casi siempre a destiempo estuvo Alexis Arce. Fue una lástima, pero en realidad casi todos los músicos parecían fríos, salvo el jefe, claro.
Cuando Sandoval intuyó que lago podía ir mal echo mano de sus encanto, y la jugada fue genial. Convertido en un beat vox de primera, toda una sorpresa para muchos, el trompetista se inventó una nueva variantes del jazz: el virtual. Jugó a tocar tantos instrumentos como quiso, siempre con su voz y su gracia, claro. Y ganó.
Lo que tiene difícil solución es lo mucho que le gusta jugar con su sinte. Ese es un instrumento creado por el diablo, una de esas desgracias que la tecnología nos deja cada cierto número de años. Que los quemen ya. Pero a él le encantan. Menos mal que cada cierto rato volvía a la trompeta, y cómo se notaba -la unión de ambos tuvo lugar y fue uno de esos momentos que no quisieras haber vivido-.
Un maestro como Arturo Sandoval se la puede jugar y puede ser tan hortera como quiera, porque basta con que haga lo que sabe hacer para que todo lo malo quede en el olvido. Eso pasó anoche en el Cervantes, una jornada del Festival de Jazz que pudo ser mejor pero jamás hubo peligro de que fuese mala.
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