Crítica de Teatro

Ni vacuna, ni aspirina

Por más que uno salga del teatro de vez en cuando haciendo cruces y prometiéndose no volver en una temporada, todavía, a veces, acontece la certeza de que hay determinadas obras que debería ver todo el mundo. Y Cervantina es una de ellas. Más allá del 400 aniversario de Cervantes y de toda la leña que queramos echar al fuego, Ron Lalá demuestra que desde el escenario podemos hablar de cualquier cosa sin necesidad de convertirlo en un tostón, que ya es decir; incluso, cualquiera diría al ver su trabajo que lo que el escenario pide como criatura viva es juerga, jaleo, ritmo, música, compás y diversión. A lo mejor va siendo hora de decir que si algo es aburrido, no es teatro. Que el teatro pide teatro, y si lo hay a raudales, como es el caso, no hay más remedio que dejarse conquistar por el juguete. De paso, claro, resulta que al bueno de Cervantes no le han hecho un homenaje así en estos cuatro siglos: porque Cervantina no es un homenaje, sino, ciertamente, un virus que se inocula e invita a seguir jugando. Resulta que hay ahí un modo de pasarlo en grande y la mayor parte del respetable lo considera soporífero. Por esto Cervantina también es un disparo a la utopía: ¿Y si cierta mayoría se encontrara un día con que las Novelas ejemplares producen más placer que la telebasura y la estulticia? Pues ese placer, rotundo y directo, es el que brinda esta obra genial. Gana Cervantes, sí, pero gana también el teatro: ambos vejestorios aparecen saludablemente rejuvenecidos. Con actitud punk y ganas de liar el taco.

En su multiplicidad de lenguajes musicales y textuales, filtrados por el verso y multitud de instrumentos interpretados por el reparto, Cervantina es ante todo una lección de dirección escénica, que evita las zonas de confort y sirve en bandeja una maquinaria a punto y bien engrasada. Ron Lalá hace del tiempo su materia prima y sostiene un ritmo endiablado durante noventa minutos sin despeinarse. Los intérpretes, fecundos y gozosos, están como para llevárselos a casa. No, no hay vacuna ni aspirina.

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