"A veces somos como corderos, nos creemos todo lo que nos dicen"
Amenábar abre San Sebastián con 'Regresión', un 'thriller' sobre el miedo y la manipulación
Alejandro Amenábar vuelve al cine grande con Regresión, un thriller psicológico que empezó como película de terror y acabó hablando sobre el miedo y la manipulación. "A veces somos como corderos -dice en una entrevista con Efe-, nos dejamos manipular y nos creemos todo lo que nos dicen".
Amenábar ha tardado seis años en hacer esta película, un tiempo, dice, que no sabe si es el que se marcó él mismo o el que le marcó la historia. "Quería hacer una película de miedo y acabar haciéndola sobre el miedo, pues me ha llevado seis años", apunta este joven veterano, un derroche de calma, inteligencia y amabilidad, cuyo trabajo fue recibido ayer en el pase de prensa con un tímido aplauso.
Regresión brinda al realizador la primera visita a Donostia con una película propia; otros años, explica, vino invitado por José Luis Cuerda (productor de su debut, Tesis), así que "te puedes imaginar que abrir el festival con mi película es un sueño maravilloso", afirma.
Amenábar comenta sencillamente que la película "empieza siendo una y termina siendo otra"; comenzó con un germen sobre satanismo, que le interesaba contar, pero le resultaba "farragoso", hasta que encontró en EEUU unos casos reales sobre el abuso satánico que le daban un giro "interesante" a su idea. Pero el director de Abre los ojos y Los otros, como cabe esperar, le metió "una carga psicológica". Y le ha salido, dice, "una exploración de los laberintos de la mente. Lo peligroso es el mal y la crueldad, que efectivamente existe, pero a veces, como corderos, nos dejamos manipular y nos creemos todo lo que nos dicen", reflexiona.
Una vez supo lo que quería contar y el lugar donde ocurría, intentó que "fuera lo más orgánica posible, y te aseguro que no hay nada más extraño que un español en Minesota", responde para explicar por qué no hay reparto español en Regresión, aunque sí lo es parte del equipo técnico.
Así, el peso de la cinta cae sobre Ethan Hawke, Emma Watson y otro británico, David Thewlis, como el psicólogo que intenta convencer a unos y otros de la inexistencia de fuerzas sobrenaturales en la maldad.
Rodada íntegramente en Canadá y en inglés con algo menos de 20 millones de euros de presupuesto, Regresión tiene algo de Sidney Lumet, William Friedkin (El exorcista) o Francis Ford Coppola, y mucho de psicología polanskiana (La semilla del diablo). "Esto tiene que ver con el origen de la película; todo esto del satanismo tiene que ver con el cine de los 70 (...) Aquellos thrillers desembocaron en una especie de cultura del demonio en EEUU y las nuevas terapias psicológicas, como la regresión", explica. Por eso, aunque transcurre en 1990, la cinta está pensada "como aquel cine, y con la seriedad y el peso con el que trataban los temas; eso es lo que hemos intentado hacer desde la puesta en escena, la fotografía e incluso la música de Roque Baños".
Madrileño nacido en Chile, Amenábar es un niño prodigio de prestigio reconocido desde los 23 años cuando su estremecedor debut, Tesis, se llevó siete premios Goya, mejor película y mejor director novel entre ellos.
Por segunda vez en su carrera -sólo lo hizo en Ágora-, Amenábar ha optado por dejar la banda sonora en manos ajenas, pero fiables: Roque Baños, dice, "es más grande todavía de lo que parece".
Producida por Telecinco Cinema y distribuida por Universal, la película se estrenará en las salas españolas el próximo 2 de octubre.
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