El vino nuevo, los odres viejos

El seminario del Museo Picasso sobre el grabado recibió ayer a Paco Aguilar, Ana Soler y Dan Albert Benveniste · El director de Gravura detalló los retos actuales de la disciplina

Paco Aguilar, en una exposición de sus grabados.
Paco Aguilar, en una exposición de sus grabados.
Pablo Bujalance / Málaga

29 de noviembre 2012 - 05:00

El seminario Los mundos del grabado continuó ayer en el Auditorio del Museo Picasso Málaga con un encuentro celebrado bajo el lema Las nuevas técnicas de un oficio tradicional en el que participaron el director del Taller Gravura en Málaga, Paco Aguilar; la profesora de técnicas gráficas de la Universidad de Vigo Ana Soler; y el editor y estampador danés Dan Albert Benveniste, a su vez director de otro taller de estampación en Madrid. Antes, Aguilar compartió las claves fundamentales del asunto con este periódico y apuntó los retos a los que se enfrenta el grabado actualmente como disciplina artística, en una encrucijada en la que las nuevas tecnologías forman ya parte de una práctica que, paradójicamente, ha mantenido intactas buenas partes de sus fórmulas maestras en los últimos seis siglos.

Así lo explicó Aguilar, referencia imprescindible del arte del grabado en España: "No es cuestión de tirar por la borda seiscientos años de tradición calcográfica, así como así. Para abordar cualquier discusión sobre este asunto habría que tomar como punto de partida la evidencia de que el grabado se encuentra actualmente en un proceso de transición: en los últimos años se han incorporado abiertamente las tecnologías digitales a un proceso que hasta esta irrupción apenas había registrado cambios tan hondos, y eso ha dado pie a la entrada en juego de consideraciones muy diversas sobre lo que es y lo que no es la estampación". De cualquier forma, "el centro del debate no es tanto histórico, sino creativo: los argumentos se irán consolidando a medida que los artistas que trabajan el grabado vayan incorporando las nuevas herramientas digitales a su propio lenguaje".

El fenómeno digital significa, por tanto, un episodio clave en la evolución de las artes gráficas, que Aguilar resume de esta manera: "En el siglo XVI, la estampación estaba asociada todavía a la ilustración de libros; luego llegó la litografía, y ya en el siglo XX la fotografía, la fotomecánica y las imprentas modernas. Las tecnologías digitales han permitido, fundamentalmente, que el artista trabaje con un grado de libertad mucho mayor, sin servidumbres, en relación con otros artistas y con los medios de comunicación, hasta el punto de producir sus propias series sin más ayuda. Pero, a la vez, estos recursos están modificando, en gran parte, el concepto mismo de la grafía".

Preguntado por la correlación entre esas tecnologías digitales y una mayor calidad e interés por parte de los artistas contemporáneos hacia el grabado, Aguilar apunta que los avances tecnológicos "son, en el fondo, una cuestión generacional. Yo vengo de la calcografía esencialmente porque, hace treinta años, no tenía a mi alcance muchas más posibilidades. Desde entonces, el desarrollo tecnológico ha sido muy intensivo, pero todo depende de cómo se introducen los nuevos recursos en los talleres calcográficos. A menudo, esa introducción se ha producido en España de la mano de artistas que han llegado de fuera, como José Farias, que abrió en Málaga el Taller Gravura cuando no había nada parecido. En este sentido, la incorporación de las tecnologías digitales ha sido muy reciente, y los artistas que las emplean en el grabado no han llegado al máximo nivel de sus posibilidades". Y añade: "Creo, de todas formas, que lo más importante es apostar por una fusión de las dos orillas, la práctica artesanal del grabado, con toda su tradición, y las posibilidades que entraña el arte digital. Actualmente siguen faltando, al menos en Málaga, iniciativas que exploren esa fusión. En los talleres formativos que celebramos en Gravura procuramos tenerlo siempre muy presente".

Precisamente, el seminario Los mundos del grabado llega hoy a su fin con el fundador del Taller Gravura, José Faria, que junto al director de la Fundación Picasso Casa Natal, José María Luna, y el coleccionista José Manuel Cabra de Luna, analizará el impacto de la estampación en la Málaga de los 70. Y el futuro por delante.

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