"Hay voces que no se pueden traicionar con un doblaje"

'Piotr, una mala traducción', juega con los subtítulos mientras ironiza sobre la historia

"Hay voces que no se pueden traicionar con un doblaje"
N. Sánchez / Málaga

27 de marzo 2011 - 05:00

Martín Seeger trae bajo el brazo la única cinta chilena presente en esta edición del Festival, que se proyecta hoy a las 20:00 en el Cine Albéniz. Su presupuesto es pequeño: 6.000 dólares, algo que no influye para que Seeger haya conseguido hilar una original comedia de independencias e idiomas inventados. Tiene 28 años, pero escribió el guión con 24.

-Muy joven, ¿no?

-Bueno, ya estoy casi en descenso... Cuando escribí la película tenía 24 años, la grabé con 25 y tardé tiempo en editarla, porque no tenía ordenador. Ahora la veo cuatro años después y hay muchas cosas que cambiaría, pero creo que quedó bien.

-A pesar del presupuesto.

-Yo creo que está bien. Es cierto que es una película de 6.000 dólares; hubiese costado mucho más todo, pero las amistades hacen muchas cosas por uno.

-Hasta inventar idiomas.

-Sí, fue un trabajo divertido en el que me ayudó un amigo durante varias tardes. Pero lo cree con cierto sentido, basándome en el castellano: Verbos regulares, irregulares, prefijos, sufijos, pronombres... Perpo los modifiqué un poco y luego se hizo aún más irregular, porque al final todos hablamos el idioma saltándonos mucho la gramática. Y eso le dio vida.

-¿Para qué sirve crear un idioma?

-Inventamos un idioma, muy inverosímil, que sirve para hilvanar la película. Así pudimos ver cómo los extranjeros tienen problemas con la traducción y también con la propia historia de América Latina. En la trama principal hay un personaje que está haciendo una obra de teatro sobre la independencia de su país. Y es lo contrario a lo que fueron las independencias latinas, así que la historia se mira con mucha ironía, como otros muchos aspectos en la película.

-¿Cómo llegó hasta esa idea?

-La película es originalmente mi tesis de la escuela de cine de Chile. Yo había hecho un corto que trataba el tema del subtitulaje en el cine. En Chile el 90 por ciento del cine va subtitulado y el corto usaba el subtítulo como herramienta formal, porque a veces se confunde con el fondo, a veces pasa más rápido de la cuenta... forma parte del cine. Y el guión empezó de ahí. Se trata de ver cómo el subtítulo va ganando poder en la obra; de hecho, añadí subtítulos al final que ni siquiera estaban en guión...

-Entiendo entonces que le parece bien subtitular las películas.

-Es el mejor mecanismo que hay. El sonido es demasiado importante como para perderlo doblando las películas. No es fácil acostumbrarse a los subtítulos, requiere algo de entrenamiento, pero es mucha mejor opción. Yo no podría ver una película de Woody Allen doblada. Hay voces que no se pueden traicionar con un doblaje.

-Pues en España se doblan casi todas las películas.

-Al final uno se acostumbra al doblaje. Aquí son bastante buenos, pero en Chile se caricaturizan a los actores, es todo peor... Te saca mucho más de una película que estar atento a un subtítulo. Además, el subtítulo mejora las actuaciones.

-¿Cómo?

-Cuando uno lee la palabra escrita, la asimila mejor. Si un actor dice un discurso cursi, tú no te lo tragas. Pero si lo dice alguien hablando en sueco y lo lees en los subtítulos, es como si leyeras un libro; tiene más potencia, lo internalizas más. Te lo crees de verdad.

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