Desde "Bel-Air" hasta Nagüeles: Will Smith conquista Starlite Occident con sus grandes clásicos

"Mi gente, are you ready?", dijo el artista estadounidense

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Will Smith en su concierto en Starlite Occident.
Will Smith en su concierto en Starlite Occident. / M. H.

El grito de "Welcome to Marbella" retumbó anoche en la cantera de Nagüeles. Era Will Smith —el de verdad, el Príncipe de Bel-Air, el de Men in Black, el de los Oscars— sobre el escenario de Starlite Occident en Marbella, ofreciendo su primer concierto en solitario, y una de las tres únicas citas en España. El actor y rapero estadounidense irrumpió en escena cuando el reloj marcaba las 22:00. La reacción de los asistentes fue inmediata.

Después vinieron los éxitos que todo el mundo esperaba. Gettin’ Jiggy Wit It convirtió el graderío en una pista de baile improvisada. Después, Miami transportó a los asistentes a la costa estadounidense. Con Boom! Shake the Room, el artista recuperó su etapa junto a DJ Jazzy Jeff. Smith no solo rapeó: bailó, improvisó y se dirigió al público en varias ocasiones. Luego la siguió Switch, antes de fusionarla con el mítico tema de Yo Home to Bel-Air. El público, obviamente, cantó cada verso como si se tratara del himno nacional de una generación que creció con él.

"Mi gente, are you ready? Estoy muy contento de estar aquí, tengo muchas cosas que quiero decir, pero no tengo las palabras", dijo el artista estadounidense. Entre tanto ritmo noventero y fiesta pop, hubo espacio también para los guiños más cómicos. Will Smith se marcó un It’s Not Unusual, el tema de Tom Jones que su primo Carlton bailaba en la serie El príncipe de Bel-Air. Lo hizo bailando también, con su característica sonrisa y unos pasos exagerados que arrancaron carcajadas y aplausos. E imitaciones. También homenajeó a James Avery, el tío Phill, que murió en 2013, e invitó al público a abrazarse. Luego vino You can make it, la invitación a no rendirse. La cantó paseando entre sus fans.

Después apareció sobre la pantalla "Willflix". Con Bad Boys y Wild Wild West, Will Smith recordó que su carrera musical y cinematográfica han ido siempre de la mano. Las pantallas del escenario proyectaban imágenes de las películas mientras él rapeaba los temas que las hicieron icónicas. La mezcla de nostalgia, carisma y buena producción fue irresistible. El público coreó cada palabra y trató de inmortalizar el momento con el móvil.

El tono cambió con Just the Two of Us, uno de los momentos más íntimos del concierto. Y por si alguien dudaba del giro introspectivo que ha tomado su carrera, Bulletproof —otro de los nuevos temas— reforzó ese mensaje con versos sobre la superación personal y la fe en uno mismo. No mencionó directamente episodios recientes de su vida, pero las referencias estaban ahí.

Después se proyectaron en las pantallas vídeos de ovnis y extraterrestres en todas las ciudades del mundo. Reapareció sobre el escenario vestido de negro y con gafas de sol, y la cantera se vino abajo cuando empezó a cantar Men In Black. Al acabar, sacó una mochila y, de ella, enseñó a los asistentes su premio Oscar y les agradeció su apoyo durante toda su trayectoria, pese a que los últimos años habían sido "complicados".

Cuando todo parecía llegar a su fin, el beat de ese tema de 1997 se mezcló con los gritos del público que, con móviles en alto, parecía querer capturar cada segundo. El broche final fue, cómo no, Summertime. Con una iluminación cálida, palmeras proyectadas y un ritmo suave, Smith convirtió su despedida en una fiesta de verano. Will Smith demostró que no necesita fuegos artificiales ni efectos de gran producción para llenar un escenario: sí lo hicieron sus bailarinas –en su mayoría españolas– que, junto a él, no pararon de dar espectáculo en la hora y media que duró el concierto.

El público, entregado desde el primer minuto, fue testigo de algo más que un repaso a los grandes éxitos que marcaron generaciones: fue una noche de celebración global, con un Will Smith pletórico estrenándose en la cantera marbellí, mensajes de resiliencia y un repaso con mucho flow a lo que significa ser una superestrella en 2025. Anoche, Marbella bailó con el Príncipe. Y será una cita difícil de olvidar.

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