Carmen Pérez

Competencias financieras

Tribuna Económica

17 de noviembre 2023 - 00:15

Como profesora de finanzas, me he interesado esta semana por la encuesta, publicada por el Banco de España, que mide el nivel de competencias financieras de la población de forma comparable internacionalmente. Se estudia cuál es la comprensión de conceptos financieros básicos, así como el grado de conocimiento, tenencia, adquisición y uso de distintos vehículos financieros de ahorro, seguro o endeudamiento. La conclusión general que puede extraerse es que la población española tiene ignorancia y falta de interés por las cuestiones financieras. Y destaca la euforia por las criptomonedas en los más jóvenes.

Los conocimientos financieros se miden mediante tres preguntas: sobre la inflación, sobre el interés simple y compuesto, y sobre la importancia de la diversificación en la inversión financiera. La ignorancia es patente, cuando sólo el 19% responde correctamente a estas tres preguntas, que califico de muy básicas. Como era esperable, los resultados son ligeramente mejor en los hombres, presenta forma de U invertida por grupos de edad y mejoran significativamente con el nivel educativo.

Nadie duda de la importancia de incrementar el conocimiento financiero, pero mucho más preocupante debería ser el desconocimiento que traen los jóvenes de lo más básico: lenguaje, historia, geografía, filosofía o matemáticas. Te caes muerta cuando en las aulas de finanzas los alumnos te preguntan por el significado de palabras elementales (esporádico o iterativo, por ejemplo, esta semana), o se quedan perplejos cuando aludes a episodios de nuestro pasado más reciente. En mi opinión, si se forma a una persona al completo, desarrollará sentido común, y sabrá pararse a entender si se decide a contratar algún producto financiero o acudirá a un asesor independiente, como hacemos en otras áreas, como la medicina, la informática o cuando reparamos el coche.

En cuanto a los diferentes productos financieros, el 95% y el 98% de los encuestados indican haber oído hablar de seguros de vida, seguros médicos, tarjetas de crédito, hipotecas y préstamos personales y bastante menos de las cuentas de ahorro y de renta fija. Para instrumentos más complejos, los porcentajes son minoritarios. En el ahorro, somos conservadores: cuentas corrientes (68%), seguido por el ahorro en metálico (40%); en la deuda, utilizamos las hipotecas, préstamos personales y tarjetas de crédito.

La sofisticación financiera viene de la mano del nivel educativo y de la renta. Y es lógico que si no entiendes y son bajos los ahorros, no compense la rentabilidad que vas a obtener para perder tiempo y sueño. A medida que la renta se eleva, seguro que el interés se despierta sólo. Y es la ley la que debe proteger a la población, obligando al buen hacer de los profesionales, en finanzas y en todas las áreas. Y fundamental, insisto, el asesoramiento independiente.

Lo que presenta una dinámica propia son las criptomonedas: un 84% de los encuestados han oído hablar de ellas; el 93% de los más jóvenes; y, a pesar del desconocimiento del fondo de estas monedas y el alto riesgo que incorporan, el 5% de la población ha adquirido criptomonedas; el 13% de los jóvenes. Pero esto nos son finanzas, son simplemente apuestas.

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