Visto y Oído
Cien años...
La subida de los tipos del BCE podría ser la última, pero ha venido acompañada de un contundente mensaje de que los mantendrá elevados prolongadamente. Esto se refleja en unas rentabilidades de los activos monetarios y de la deuda a medio plazo mucho más atractivas que a comienzos del año.
Es momento, por lo tanto, de avanzar decididamente en la construcción de una cartera de renta fija que nos permita batir a la inflación a medio plazo, amarrando para los próximos años los atractivos intereses ofrecidos ahora. No conviene refugiarse solo en depósitos a muy corto plazo, porque en un escenario adverso (una recesión u otra crisis geopolítica) los recortes de tipos serían más rápidos de lo esperado y se desvanecería la oportunidad actual.
Así que la recomendación es alargar los vencimientos medios de las inversiones en renta fija, con una combinación de bonos o fondos con las siguientes características:
3Activos monetarios en plazos intermedios (idealmente 6-12 meses) en detrimento de aquellos que solo inviertan en liquidez e instrumentos con vencimiento inmediato.
3Deuda de alta calidad a 3-5 años (mejor en EEUU con la divisa cubierta que en Europa) para capturar las mayores rentabilidades actuales y generar plusvalías si, en un escenario más adverso, se relajaran las curvas de tipos.
3Bonos corporativos con grado de inversión (tanto en EEUU como en Europa), con duración media no muy larga para atenuar el impacto temporal del repunte de los diferenciales crediticios que prevemos en los próximos meses.
3Bonos de alta rentabilidad o high yield (en plazos cortos y calidad relativamente alta en EEUU).
También te puede interesar