Roberto Scholtes

Marea alta

11 de noviembre 2023 - 00:15

Tras las fuertes oscilaciones de las rentabilidades de la deuda y de que los bancos centrales se muestren confiados en que sus tipos actuales –mantenidos durante tiempo– serían suficientes para que la inflación vuelva al objetivo del 2%, puede que se esté superando la fase de mayor endurecimiento de las condiciones de financiación en este ciclo. Pero que estemos cerca de la pleamar no significa que la marea alta vaya a bajar rápidamente, por lo que se debe seguir siendo cauto al invertir.

Incluso aunque hubiéramos visto el máximo en las curvas de tipos, las políticas monetarias restrictivas seguirán permeando en la actividad económica y empresarial, y su lastre persistirá mientras se refinancie a intereses más altos la deuda antigua. Por esto es probable una mayor desaceleración de la economía mundial, una rebaja de las expectativas de beneficios y un deterioro de la capacidad de repago de las empresas más frágiles, lo que provocará un aumento de los diferenciales crediticios. Justo cuando la marea es más alta, mayor es el riesgo de que un temporal cause inundaciones.

Pero los navegantes saben que, a poco que se calmen los vientos, la pleamar es el mejor momento para salir del puerto. Conviene entonces construir una buena base de renta fija, alargando los vencimientos de los activos monetarios y de la deuda de EEUU. Y, si efectivamente los tipos a largo plazo hubieran comenzado una tortuosa y prolongada senda descendente mientras se enfría la economía, los negocios de mayor crecimiento estructural y menos cíclicos, y con balances más sólidos deberían de mostrar mayor resiliencia, y tener más peso en las carteras.

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