Márgenes empresariales

La vicepresidenta Díaz culpó desde Nueva York a los márgenes empresariales de una parte de la inflación y señaló que deben ser intervenidos políticamente. Coincide con el anuncio de la creación de un observatorio de márgenes empresariales. El tufillo ideológico, e incluso electoralista, es inevitable, pero bienvenidas sean las estadísticas. Y si es para un mejor conocimiento, que no fiscalización política, de los beneficios de las empresas, pues todavía más.

Las estadísticas nos permiten conocer bien a dos (costes laborales e impuestos sobre la producción y las importaciones) de los tres componentes del valor añadido de la economía. El tercero, los excedentes empresariales, los estima la Contabilidad Nacional como residuo por diferencia entre ingresos y costes e incluye en ellos tanto los beneficios de las sociedades como las rentas mixtas, que es como denomina a los ingresos de los autónomos, ante la dificultad de distinguir entre la compensación por su trabajo y los beneficios que generan sus empresas. Si a lo anterior se añaden las rentas de la propiedad y otras rentas primarias, se obtiene la renta nacional bruta que es un buen indicador del nivel de vida medio en el país.

Bienvenida por tanto la estadística de márgenes empresariales, que permitirá precisar cómo se distribuye la renta nacional entre los que contribuyen a su generación. Lo que sabemos por la Contabilidad Nacional es que la participación de los salarios es bastante más estable que las otras dos, gracias a que su nivel se determina en contratos y convenios. Pese a ello, la tendencia fue claramente creciente entre el primer trimestre de 2019 (45,4% de la renta nacional bruta) y el segundo de 2020 (52,2%), aunque con el confinamiento se hundió hasta el 49,2%. Posteriormente la participación se ha ido reduciendo de forma muy suave, hasta llegar al 46,9% a finales de 2022. El perfil de los excedentes empresariales ha sido más volátil, cayendo desde el 44,8 % a finales de 2019 hasta el 38,2% a principios de 2021, para después recuperase hasta cerrar 2022 en un 47,6%. Supera por primera vez en lo que va de siglo a la participación de los salarios, es de suponer que por el intenso proceso de conversión de empleo asalariado en autónomo tras la pandemia.

El espectacular crecimiento de la participación de los excedentes en la renta durante 2022 (2,5 puntos en un solo año) es también advertido por la Central de Balances del Banco de España. La información detallada en los balances refleja un fuerte incremento de los márgenes empresariales (diferencia entre ingresos brutos y gastos de explotación) a lo largo del pasado año, aunque si n llegar a recuperar totalmente el desplome de 2020, bastante más acusado que el de los salarios.

Según estos datos, el beneficio de las empresas, que responde de manera más intensa y tardía que los salarios a los vaivenes de la coyuntura, estaría todavía en fase de reacción ante las perturbaciones de la pandemia, guerra de Ucrania e inflación y desautoriza al gobierno en su acusación velada a las empresas por greedflation. Significa inflación por codicia: aprovechar que suben los precios para el incremento injustificable de beneficios.