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Jornada de rebotes en las principales bolsas europeas y estadounidenses tras el giro a la baja que adoptaron los índices del miércoles ante las advertencias de la Fed sobre una posible recesión en EEUU que enfrió el apetito por los activos de riesgo. En efecto, los datos de inflación de marzo en EEUU conocidos el miércoles confirmaron la tendencia a la baja que se viene observando desde el pasado verano, al sumarse 9 caídas consecutivas.
Inicialmente, el mercado interpretó estos datos como ligeramente positivos a pesar del leve repunte de la inflación subyacente, que se muestra más estancada en niveles elevados. Los datos de Alemania publicados ayer muestran la misma pauta, con una aceleración de la subyacente respecto al mes anterior. Finalmente, los índices estadounidenses corrigieron esas ganancias a última hora ante el creciente riesgo de una desaceleración económica tal y como se reflejó en las actas de la última reunión de la Fed, que constataron la posibilidad para este mismo año de una moderada recesión en EEUU.
Esta combinación de desaceleración económica y persistencia de las tensiones inflacionistas actúa de contrapeso bajista para la nueva temporada de presentación de resultados empresariales, otro de los factores que volverá a ser clave en la evolución de los mercados financieros. Destacaron los números de LVMH con un incremento del 17% de las ventas trimestrales.
En este contexto, el Eurostoxx 50 subió un 0,7% y el Íbex 35 volvió a superar los 9.300 puntos, con la decisión ya aprobada en la Junta de Accionistas del traslado de la sede de Ferrovial a Países Bajos.
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