Análisis

carmen pérez

Universidad de Sevilla

Tendencias del turismo internacional

En 2023, España recibió más de 85 millones de turistas internacionales, superando en dos millones el récord histórico alcanzado en 2019, el año previo a la pandemia. Vienen muchos más, pasan más noches y gastan más cada día. Tras estos excelentes datos cuantitativos se esconden factores cualitativos –una diversificación temporal, una doble diversificación espacial y una elevación de la calidad– que explican el dinamismo reciente y que muestran las tendencias en este tipo de turismo.

El primero es la diversificación temporal. Si antes de la pandemia la llegada de turistas se concentraba en los meses de verano, en los últimos tiempos el incremento ha sido más acusado en los meses de otoño e invierno. Según el Banco de España (La reciente diversificación de los flujos turísticos internacionales hacia España), en octubre, noviembre y diciembre de 2023, las llegadas fueron un 10%, 16% y 25% mayor que la media del periodo 2016-2019, mientras que en los meses de verano sólo crecieron un 1%. Y en los tres primeros meses de 2024, han sido un 22% mayor que la media registrada entre 2016 y 2019 para esos mismos meses.

El segundo es la diversificación espacial en cuanto al destino. Se añaden a las cuatro comunidades españolas clásicas como destino turístico –Canarias, Baleares, Cataluña y Andalucía–, otras comunidades, que están experimentando crecimientos muy fuertes. El BdE señala que en Cantabria, Navarra y La Rioja el turismo internacional creció en 2023 un 26% respecto al periodo 2016-2019.

El tercero es la diversificación espacial en cuanto al origen, produciéndose un importante crecimiento de los turistas procedentes de América, en particular de EEUU, con un incremento superior al 40% respecto a la media del periodo 2026-2019. Algunos orígenes más tradicionales, siguiendo con los datos del BdE, han experimentado crecimientos más moderados (Francia, 5%; Italia, 14%) y otros incluso han retrocedido (Alemania y Reino Unido, con caídas del 5%).

En cuarto lugar, hay que señalar el notable crecimiento de las pernoctaciones en los hoteles de mayor categoría, los de 4 y 5 estrellas. La Encuesta de Ocupación Hotelera señala que el número de plazas en estas categorías se ha elevado un 10% en 2023 frente a la media del periodo 2016-2019, al tiempo de la caída del resto de categoría aún no han recuperado el nivel prepandemia.

De estas estadísticas cabe extraer conclusiones y retos: el calor desplaza el turismo, y solo cabe potenciarlo en los meses menos calurosos; dependemos de la fortaleza económica de los países de origen, por lo que hay que seguir fomentando la diversificación: a falta de una crisis internacional, no todos van a estar mal al mismo tiempo; los conflictos geopolíticos están beneficiando este boom turístico, al ser considerada España como destino seguro: sólo queda rezar para que no se incrementen y sequen de golpe –recordemos la pandemia– a todo el sector. Por último, podríamos señalar la necesidad de seguir añadiendo a este sector más calidad e innovación –a la altísima que ya tenemos–, porque la competencia siempre acecha, pero no de fiar la marcha de la economía española solo a esta pata económica. Las dependencias nunca son buenas.

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