Una escala fugaz

Hoy les contaré algunas curiosidades de un yate a vela que hace unos días visitó fugazmente las aguas malagueñas; una escala que, además, le hace merecedor de dos circunstancias de récord que también les desvelaré.

Después de permanecer fondeado en la bahía casi un día, el viernes 9 de diciembre entraba al puerto de Málaga el yate a vela Aquijo. Atracado en el muelle número minutos antes de las doce de la mañana, este buque de 86 metros es el barco a vela de mayores dimensiones que hasta el momento ha amarrado dentro de la marina de mega yates malacitana; una primera circunstancia de récord.

Construido conjuntamente por los astilleros de Países Bajos Vitters y Oceanco, dos empresas dedicadas a la fabricación de grandes yates, el propietario de este velero es el empresario alemán Juergen Grossmann fundador de GMH Gruppe, una compañía dedicada a la producción y transformación de acero, así como al reciclaje de chatarra. Con un coste de 100 millones de dólares, el Aquijo comenzaba a ser proyectado en 2010 para ser botado cinco años más tarde, estando firmado su diseño interior por la empresa alemana Dölker & Voges. Con casco de acero y superestructura de aluminio, este barco dispone dos mástiles de 90 metros sobre los que van montadas 5 velas que suman una superficie total de 5.051 metros cuadrados. Con cuatro cubiertas y capacidad para doce pasajeros repartidos en siete diferentes camarotes, este super velero tripulado por 17 personas que está habilitado para personas con movilidad reducida, realiza viajes en de alquiler por el Mediterráneo; unas rutas que por semana tienen un coste de 450.000 euros.

Conocidas algunas de sus especificaciones y con el añadido de que este barco privado, en la actualidad, está posicionado en el sexto puesto dentro de la clasificación de los diez yates a vela más grandes del mundo, ahora les reseñaré el segundo récord que lo significa en Málaga y en la marina de mega yates. Llegado para desembarcar a unos pasajeros, la escala del Aquijo se prolongó lo justo y necesario para realizar esta operativa; una brevísima estancia que convierte a este súper velero en el que menos tiempo ha estado en los atraques malagueños de grandes yates.