Llegó su hora

Hace algo menos de una semana, los más destacados medios marítimos internacionales comenzaban a anunciar que el más veterano buque de crucero en activo sería desguazado. Después de navegar durante 77 años, ser el protagonista de unos de los accidentes marítimos más significativos de la historia de la navegación y haber lucido 13 nombre diferentes, el Astoria, finalizará su larga biografía de la mano de una empresa belga que ha prometido efectuar un desguace en el que se reciclarán el 97% de las estructuras interiores y exteriores de este barco.

Tras ser vendido en Rotterdam en pública subasta por 200.000 euros, la localidad belga de Gantes será su morada final; la un buque que comenzaba su carrera en 1948 con el nombre Stockholm realizando bajo la contraseña de la compañía Swedish American Line una línea regular entre Gotemburgo y Nueva York. Y como en más de una ocasión ya les he contado en esta misma columna algunas curiosidades de este barco que se hizo famoso el 25 de julio de 1956 cuando colisionó y hundió al trasatlántico italiano Andrea Doria, en esta ocasión, y quiero que sirvan estas líneas como un modesto homenaje, reflejaré cual ha sido la trayectoria malagueña de este buque.

Tras visitar el puerto de Málaga en 1959 tras ser reconstruido manteniendo su nombre original y convertido en un buque de crucero, en los años 1978 y 1981 regresaba con turistas alemanas luciendo el impronunciable nombre Volkerfreundschaft. Algo más de una década después, en 1996 las aguas malacitanas lo recibían como Italia Prima para regresar en 2005 como Athena, un nombre con el que hasta 2008 visitó las aguas de del puerto de Málaga en 16 ocasiones. Mostrando un brillante casco de color azul, en el año 2015 aparecía como Azores, efectuando sus dos últimos atraques malagueños en 2017 bajo el nombre Astoria.

Sobreviviendo al paso de los años, este buque de 160 metros que realizó sus últimas navegaciones ofreciendo una capacidad máxima para 556 pasajeros repartidos en 277 camarotes, ahora espera para ser desguazado. Todo un veterano que no se ha podido salvar y que, vendido a precio de chatarra, también escribió parte de su historia en las aguas del puerto de Málaga.