Málaga, cerca del ‘sorpasso’

Andalucía

Esta condición de motor de Andalucía se viene gestando de mucho más atrás. A pesar de que la crisis financiera golpeó con fuerza a esta provincia –su PIB descendió un 10,7% en el periodo 2008-2013– , ha experimentado desde entonces unos crecimientos anuales tan importantes, que su capacidad económica en 2022 era un 25% mayor que en 2013, doblando, por ejemplo, la experimentada por la provincia de Sevilla en este periodo. Del mismo modo, y a pesar de que el Covid también afectó enormemente a los malagueños, en estos últimos años también ha doblado el crecimiento de Sevilla.

Consecuentemente, la estructura económica andaluza se está alterando: si Málaga aportaba tradicionalmente en torno al 19% del PIB andaluz, ocupando el segundo lugar en importancia, tras Sevilla, que aportaba un 24%, desde 2014 ha ido escalando puntos porcentuales y estrechando esa diferencia; de seguir en esta trayectoria no sería de extrañar que Málaga diera el sorpasso a Sevilla y ocupara el primer puesto en los próximos años.

Las claves del éxito de Málaga son muchas. Una de ellas es el turismo, que no deja de batir récords en número de visitantes y en ingresos. Otra, muy importante, es su capacidad de atraer empresas, especialmente las de carácter tecnológico. Así, su Parque Tecnológico crece cada año en cantidad y calidad: alberga a 687 empresas de 21 países, que facturan 3.460 millones de euros, y generan 25.100 empleos. También hay que mencionar su liderazgo en emprendimiento: su tasa de actividad emprendedora (elaborado por la UMA) es la más alta de España (7,6%, frente al 6% nacional). Y podrían citarse muchas claves más, como sus exportaciones, sobre todo las agroalimentarias, o el excelente comportamiento que están teniendo las actividades profesionales, científicas y técnicas…

Ahora hay que seguir impulsando este ecosistema, repleto de sinergias positivas, pero también se hace necesario gestionar los problemas que acarrea. El Colegio de Economistas en la presentación de su Barómetro Provincial señaló tres principales: los altísimos precios de la vivienda, tensionado por la proliferación indiscriminada de los pisos turísticos; la preocupante sequía estructural; y la necesidad de infraestructuras de transporte que ayuden a “permeabilizar” y “homogeneizar” económicamente la provincia, reduciendo las diferencias de los municipios del interior con respecto a la zona de la capital y de la Costa del Sol.