Análisis

Manuel Alejandro hidalgo

Una ralentización que se resiste a llegar

Los avisos de ralentización económica son continuos. Las tribulaciones de la economía mundial son cada vez mayores alimentadas por las políticas erráticas e irracionales del inquilino de la Casa Blanca, o los efectos colaterales, y directos en breve, del devenir político y económico tan surrealista que está suponiendo el Brexit. A esto unamos una política monetaria que, de momento, amenaza con endurecerse gracias a las políticas fiscales norteamericanas y el suave aterrizaje de la economía china. Los problemas legales de algunas industrias alemanas y la debilidad que parece transmitir alguno de los bancos teutones más importantes refuerzan la idea de un año 2019 cada vez más oscuro, con vientos de recesión que permanecen en el horizonte.

Las previsiones tanto para la economía española como andaluza no son, pues, tan positivas como en años pasados. Diferentes organismos han rebajado ya estas predicciones para 2019. Así, por ejemplo, para Andalucía se espera un crecimiento del 2,1% frente a un 2,5% en 2018 según el Observatorio Económico de Andalucía o del 2,3% según Analistas Económicos de Andalucía. Estas cifras son ligeramente inferiores a las de España, que según el BBVA, por poner una cifra de ejemplo, estima un crecimiento del conjunto del estado en el 2,4%.

Sin embargo, y a pesar de estas solemnes predicciones, los datos de empleo se empeñan en dar otra imagen. Ayer se publicaron los datos de la EPA para España y Andalucía. Para ambas economías las cifras fueron algo mejores de lo esperado. Este dato, que se une a unas cifras que para el tercer trimestre tampoco fueron tan negativas, se esfuerzan en mostrarnos que el debilitamiento de la economía andaluza y española parece esperar.

Es cierto que ya no crecemos ni creamos empleo a ritmos de años pasados, especialmente como en aquellos años a los que dejó paso la crisis finalizada en 2013. Sin embargo, todo parece mostrar una cierta solidez en la dinámica, como si nos esforzáramos en no crecer y como si fuera nuestra obligación la de crear el empleo que se perdió.

Los sectores que más empleo crearon en Andalucía durante el último año fueron la construcción, que se erige como la gran sorpresa de los datos publicados ayer, seguida por la industria manufacturera. Entre las dos suman 67 mil de los 118 mil empleos creados en el año 2018. Un buen dato, en particular en lo que concierne a la segunda. Le siguen actividades profesionales y científicas, donde también se incluyen empleos auxiliares de servicios, y administraciones públicas. Entre las cuatro explican más del 90% de todo el empleo generado en un año en nuestra región. Solo las actividades del sector primario se contraen en 2018.

En definitiva, cerramos un año 2018 que podemos catalogar de bueno. El crecimiento, a la espera de las primeras estimaciones completas para todo el año, será aproximadamente del 2,5% y por primera vez en mucho tiempo, muy similar al de España. A su vez, parece existir una cierta alternancia entre la demanda externa e interna que puede dar cierta prolongación a un crecimiento muy necesitado. Esperemos que 2019 no defraude. Estaremos atentos.

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