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El regreso de ‘La Sultana’
Aunque por el momento el récord absoluto del yate de grandes dimensiones que más días ha estado atracado en aguas malacitanas le corresponde al archiconocido Octopus, el segundo puesto de esta lista llevaría el nombre de La Sultana, un barco privado de recreo que hace unos días ha vuelto a Málaga. Con una apasionante historia que ya les conté en febrero de 2015; en concreto dos días después de su llegada la página Marítimas de Málaga Hoy se hacía eco su intensa biográfica, hoy, retomo la vida de este buque para reseñarles algunas curiosidades que en aquella ocasión se quedaron en el tintero.
De su etapa soviética en la que navegó realizando escuchas y labores de espionaje registrado como un barco de carga y pasaje en rutas por mar Negro y el Mediterráneo Oriental, quizás, lo más curioso que quede de aquella época sean las series de sellos postales que conmemoran a nuestro protagonista de hoy junto a los once hermanos que como él recorrieron todos los mares mundo intentando captar cualquier tipo de información.
Superados sus 30 años como buque espía, su reconversión en yate pasó por dos nombres diferentes hasta que, en 2007, un hombre de negocios francés acometió sobre él una muy significativa y larga reforma que finalizaba con su bautizo como La Sultana. Mantenido el aspecto exterior de un barco de otra época y con sus interiores decorados en un estilo clásico donde sus maderas nobles recrean una atmósfera arábigo oriental, los especialistas del mundo de los grandes yates de lujo asemejan el estilo de La Sultana al del histórico yate Christina de Aristóteles Onassis.
Disponiendo de siete camarotes que oscilan entre 22 y 66 metros cuadrados que permiten el alojamiento a 12 pasajeros, este buque de 64 metros que navega bajo bandera panameña, con una tripulación de 17 personas, ofrece además de varios salones, dos piscinas, una interior y otra exterior que se completan con una zona de baño y una extensa área al aire libre a popa. Combinando el color crema de su casco con el intenso rojo del interior de sus clásicos respiraderos de cubierta, La Sultana ha regresado a Málaga; un puerto en el que entre 2015 y 2016 permaneció atraca durante un total de 464 días.
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