el poliedro
Tacho Rufino
Universidad dual
Hoy comenzaré mencionándoles una palabra muy relacionada con el ámbito marítimo que ha dejado de usarse. Sustituía por el término ferry, el vocablo transbordador ha desaparecido totalmente del mundo de los barcos; un hecho que ha simplificado determinados matices llevando a esta palabra al olvido. Y así, aplicando la segunda acepción que ofrece el diccionario de la Real Academia Española, un transbordador es una embarcación de transporte que enlaza dos puntos regularmente; una descripción que quizás se ha quedado corta posibilitando la generalización de la palabra inglesa ferry.
Y aunque esta reflexión daría para enfrentar diferentes opiniones, por ejemplo, un transbordador podría entenderse como un barco que con pasajeros y carga realiza cortas travesías, mientras que un ferry, con mayores dimensiones, efectuaría navegaciones más largas, hoy, les reseñaré la visita que hace unos años realizó a Málaga un buque muy especial.
Procedente del puerto griego de El Pireo y con destino al guineano de Bata, el 30 de enero de 2003 llegaba a la bahía malagueña el Rio Lang. Tras permanecer varias horas fondeado, el muelle número cuatro albergaba a este buque que tenía programada una varada en el dique flotante Andalucía. Con 56 metros de eslora y 15 de manga, este barco mostraba las formas de lo que muy bien podría haber sido una lancha de desembarco militar reconvertida. Luciendo una gran rampa a proa además de un nombre en alfabeto griego que, debido a su relieve no había podido ser ocultado por la pintura blanca que cubría su casco, el Rio Lang, quedaba en posicionado seco el 11 de febrero, permaneciendo en el dique malagueño hasta la jornada del 20 de marzo. Tras volver al muelle de Heredia para cumplimentar algunos trabajos a flote, este buque dejaba finalmente las aguas malacitanas el 15 de mayo.
Y aunque esta historia no se diferencia de otras similares que ya han aparecido en esta columna, les diré que este barco llegaba clasificado como transbordador; un buque construido en Grecia en 1967 que, con el nombre Ai Nikolas había trabajado efectuando cortos recorridos entre islas llevando coches y pequeñas unidades de carga además de pasajeros que viajaban de pie.
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