Agua va

El último y terrorífico asunto ha sido la irrupción de etarras en las listas electorales para los próximos comicios

Lo que parecía una campaña electoral más se está convirtiendo, con el paso de los días, en una contienda abierta de consecuencias totalmente imprevisibles. Sus responsables deben andar bastante molestos cuando, cualquier propuesta que se hace, dura apenas un par de horas en ser desmentida o minusvalorada. Y mientras los ciudadanos observamos este curioso espectáculo con la esperanza de que, aquellos a los que vamos a prestar nuestro voto, se den cuenta que los ataques y las disputas no atraen al electorado. Pero ahí siguen con sus sempiternos conflictos para continuar en la poltrona.

En esta ocasión se ha colado con una fuerza inusual el tema del agua en campaña. La prolongada situación de sequía ha logrado que algunos se den cuenta ahora de la gravísima situación que vive nuestra agricultura, y de los perversos efectos que puede tener esta falta de recursos sobre el abastecimiento hídrico y alimentario de la población. Por fin el Estado ha decidido acometer las infraestructuras planificadas tantos años atrás, y eso es, sin duda, positivo. Lo que no lo es tanto es que las primeras declaraciones sean contra el gobierno regional exigiéndole los terrenos necesarios para su construcción. Dejemos disfrutar el momento de tan grata decisión y colaboremos en su desarrollo, porque empezar creando tensión y conflicto son una muestra más de esa campaña electoral permanente con la que algunos perviven.

Otro gran tema está siendo la vivienda, con sus millones de viviendas prometidas. Y volvemos al debate entre los depredadores de suelo y los depredadores de cielo. Es curioso como estos dos modelos siguen enfrentados políticamente en nuestra ciudad, cuando en el resto del mundo ambos conviven en función de las necesidades sociales. Hoy hay partidos que prefieren construir en las zonas de avenidas de ríos y arroyos por tal de no hacerlo en altura en lugares más seguros. Esta visión cortoplacista no es muy adecuada para aquellos que quieran dirigir nuestros designios, y cabría esperar de un planteamiento más generalista de diversificación de la ciudad. Pero en periodos electorales no se puede pedir mucho donde no hay.

El último y terrorífico asunto ha sido la irrupción de etarras en las listas electorales. Y aquí no se pueden poner paños calientes con aquellos que tanto dolor y sufrimiento trajeron a nuestro país. Lista trufada de asesinos, lista anulada. La solución es fácil.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios