Aislamiento Social

Este país se está llenando de veneno, que llega por toneladas de la política, los medios y los sofá de las casas

Estamos en la quinta semana de confinamiento, y ya se empieza a notar el aislamiento social. Yo he dejado de leer a un montón de gente en las redes, tengo un consumo muy selectivo de Whatsapp, no me acerco a gran parte de la prensa y solo pongo la tele en streaming. Básicamente, este país se está llenando de veneno, que llega por toneladas desde la política, los medios y los sofás de las casas. Y eso está haciendo que nos partamos en dos, más que nunca, y que ambas partes se alejen cada vez más. Por más que se insista, mucha gente sigue consumiendo y distribuyendo odio, y ese odio produce más y más distancia entre ambas mitades, favorecido exponencialmente por el confinamiento. Ahora es muy fácil cerrar los canales por donde llega la porquería, y además es muy recomendable y saludable. Pero también es inevitable que eso produzca un aislamiento cada vez mayor entre las dos Españas, y, por tanto, más polarización.

Cuando salgamos de esto no solo tendremos un problema económico, también tendremos un problema social. La división entre nosotros va a ser enorme, en el momento además en que más vamos a necesitar esa unidad de la que todos hablan, pero pocos practican. Y me voy a ahorrar el discurso conciliador, porque ya sabemos que no sirve para nada. Demasiada gente se ha atrincherado en el siperoismo. Sí, pero es que la izquierda bla bla bla. Sí, pero es que la derecha bla bla bla. Sí, pero es que vosotros más. Sí, pero es que ellos antes. O sea, sí, pero no.

Y así, todos los que siguen consumiendo y transmitiendo veneno, a diario, contribuyen a aislar cada vez más esas dos Españas. Sus amigos y sus relaciones del otro lado cerrarán los canales que les unen, para evitar el veneno, y al final se crearán dos circuitos independientes de contacto social, cada vez más estancos, y, por tanto, cada vez más polarizados. Cuando acabe el confinamiento, no solo tendremos una crisis económica, también nos enfrentaremos a un tremendo distanciamiento social, las dos Españas estarán a miles de kilómetros, y no parece que vaya a quedar mucha gente intentando unirlas, desde los medios, la política o desde donde sea. ¿Y todo esto para qué? Pues lo de siempre, unos pocos accederán al poder y desde ahí regarán de pasta a sus lacayos. Pero, ¿y el resto? ¿El resto por qué participa? Pues yo, sinceramente, tampoco lo sé.

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