La aldaba

Carlos Navarro Antolín

cnavarro@diariodesevilla.es

Andalucía, huérfana de Jesús Nazareno

No hay otra imagen que vertebre con mas precisión ni riqueza una región, gran parte de España e Iberoamérica

Despierta Andalucía un viernes por la mañana que no es un viernes cualquiera. Amanece y hay un vacío en las calles empedradas, de adoquines o pavimentos de nueva hornada. Ausencias matinales en una tierra que siempre anda buscando escaleras para bajar al Dios del madero, carboncillos para quemar incienso, cucharillas de plata para remover los rescoldos humeantes, poetas para cantar al Jesús que muere en la cruz, saetas para pellizcar las almas, balcones para lanzar oraciones, vírgenes que lloran para recibir ruegos... La madrugada del Viernes Santo es la fecha si cabe más andaluza del año, porque salen a las calles de capitales y pueblos las imágenes de Jesús Nazareno, la devoción que mejor vertebra Andalucía, gran parte de España y, por supuesto, Iberoamérica. Por eso el abrazo del Señor a la cruz es el momento más trascendente de la Semana Santa, el misterio junto a la Resurrección más importante. Sin Jesús Nazareno no se entiende la Semana Santa en ningún rincón del mundo. Nada como el abrazo a la cruz, en cuanto a aceptación del destino que Dios Padre nos tiene preparados, resume con mayor clarividencia y nitidez el tiempo que nos ha correspondido vivir. Leemos lamentos sobre la falta de Semana Santa por segundo año consecutivo, quejas y llantos. Todo es comprensible, aunque todo queda en nada al lado de la desgracias que nos han tocado presenciar en el último año. ¡Cuántos pueblos se quedarán esta mañana sin orar en las calles a esos Nazarenos de túnicas al vuelo o ropa tallada! Quedarán en sus altares a la espera de oraciones, huérfanos de fervor popular, ayunos de plegarias. Dos años sin esas manifestaciones que marcan la religiosidad popular que nos vertebra, dos años sin quejíos, pies descalzos, cera quemada, pabilos humeantes y flores frescas, cuando las familias con niños pequeños amanecen oliendo a colonia a la búsqueda del Dios que carga la cruz. ¡Cuánto debe Andalucía a la devoción a Jesús Nazareno! Con una cruz sencilla de madera, de carey y plata o con remates de oro, con túnicas bordadas o carentes de artesanía, con coronas de espinas o cabezas desnudas, con cíngulos sencillos o de varias vueltas... Amanece el Viernes Santo y no está Jesús Nazareno en las calles. El toque de queda confina hasta al Señor en el templo. No es año de cera alta, ni de cuestas empinadas sobre las que alzar al Dios de mirada dulce y cuello erguido, no es año de albores, cuerpos cortados ni rostros blanquecinos. Andalucía despierta hoy sin sueño y sin Jesús Nazareno en las calles.

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