El cuentagotas

Eugenio Chicano

Con Cantinflas en Cádiz

NOS conocimos en Málaga con motivo de una exposición de mis obras en la Sociedad Económica donde vino a ver -dándome una gran satisfacción y sorpresa- un cuadro de la serie Homenajes que le dedicaba a él junto a Marcel Marceau, Totó y Pepe Isbert. Estoy refiriéndome a Mario Moreno Cantinflas. Un año después coincidimos en Cádiz, él como pregonero del Carnaval 1986 y yo presentando unos aguafuertes míos dedicados a Rafael Alberti. Pues bien, después de varios días juntos, Cantinflas me invitó a desayunar al día siguiente -ambos estábamos en el Hotel Atlántico-. El encuentro fue a media mañana e hizo que nos sirvieran una langosta para cada uno. Delante de tan excelente plato pidió a su secretario que le bajara su maletín. Se trataba de un maletín de ejecutivo cuyo fondo-canana distribuía toda clase de botes de picantes: sólidos, líquidos y de variadas potencias de agresión. Empastó su langosta con generosidad y cuido diciéndome con gran complicidad: "Compadrito, vamos a apropincuarnos estos animales y que Dios nos bendiga"...

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