Punto de vista

José Ramón del Río

jdel35@hotmail.com

Catamaranes voladores

La embarcación que representa a España será pilotada por el medallista olímpico Jordi Xanmar

Los barcos del título, que siguen siendo barcos porque los catamaranes flotan y navegan por el mar, han hecho buena la "canción del pirata" de Espronceda, que en el año 1835 escribía del velero Bergantín que "con diez cañones por banda, viento en popa a toda vela, no corta el mar sino vuela…". Porque esto es lo que hacen los catamaranes voladores que impulsados por el viento, abandonan el líquido elemento y se desplazan por el aire, alcanzando, según dicen los sesenta nudos, que equivalen en el sistema decimal a 100 kilómetros por hora, aunque también capotan muy de cuando en cuando.

Si usted no se lo cree, no tiene más que venir a Cádiz el próximo fin de semana 8 y 9 de octubre, donde unos catamaranes ya se entrenan para disputar el Sail GP y es una oportunidad, porque la prueba será la única que se celebre en toda España. En este Gran Premio se enfrentaran ocho equipos, que van a disputar regatas cortas e intensas en lugares emblemáticos de todo el mundo y el ganador en la gran final tendrá un premio de un millón de dólares. Todos los catamaranes son idénticos en su diseño. La embarcación que representa a España será pilotada por el medallista olímpico Jordi Xanmar. Para que se vea que todo no es fácil, en uno de los entrenamientos ha acabado con una pinchada en el agua, porque el catamarán se elevó demasiado. Antes que en Cádiz y según leo en internet, los participantes ya han disputado cinco pruebas, en Bermudas, Italia, Gran Bretaña, Dinamarca y Francia y nuestra representación española ocupa hasta ahora el quinto lugar de la clasificación. El Ayuntamiento de Cádiz y el Consorcio Metropolitano de transportes de la Bahía de Cádiz gestionán una reunión para solicitar refuerzos en los servicios de autobuses y catamaranes y el concejal Villero propone al Ayuntamiento para que Cádiz sea la sede permanente de esta regata.

No fui nunca aficionado a la vela, pese a que mi padre, marino de guerra, sí lo era y estaba muy orgulloso de haber ganado la regata que tenía lugar de Cádiz al Puerto de Santa María, tripulando un snipe, con Vicente Larrañaga de marinero. Esta familia, norteña, convertida en gaditana (Alberto, Santos, Vicente, Óscar y Juanjo) fueron los impulsores de esta afición en Cádiz. Yo me quedé entre los "aficionados a la vela", que según el chiste, son los más numerosos aquí, aludiendo a la mucha afición que hay en Cádiz a las procesiones de la Semana Santa.

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