La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

Centuria, Esencia y Escámez

Se conmemoró el centenario de las marchas de cornetas y tambores, hoy llamadas 'puras' y tenidas por elitistas

El pasado domingo se iniciaron en Linares los actos conmemorativos del centenario de la composición de La Milagrosa de Alberto Escámez, considerada la primera marcha de cornetas y tambores de las hoy llamadas puras (lo que supongo que, por aquello de los antónimos, quiere decir que las hay impuras), para mí la música más escuetamente hiriente y sobriamente emocionante de la Semana Santa. Se descubrió y bendijo una lápida conmemorativa en la calle Viriato, donde Alberto Escámez nació en 1896, y se le dedicó un concierto en el Teatro Cervantes en el que participaron la Banda de Cornetas y Tambores del Real Cuerpo de Bomberos de Málaga, para la que compuso la mayor parte de su repertorio, la sevillana Banda de Cornetas y Tambores Esencia y la Banda de Cornetas y Tambores Nuestra Señora del Rosario de Linares que, según se explicó desde la organización, "es la única formación de este estilo en la ciudad". Casi lo mismo puede decirse de Sevilla: solo quedan dos bandas de cornetas y tambores puras, la de la Centuria Romana de la Macarena y Esencia. Y ambas son poco llamadas por las hermandades de Sevilla capital, que prefieren las agrupaciones o las bandas que han incorporado otros instrumentos. La Centuria Macarena, además de con el Señor de la Sentencia, solo sale con el Buen Fin, y Esencia con San Roque y el misterio de las Siete Palabras. Ya lo dijo Dylan, cuyo Blowin' in the wind se convirtió en la canción (presuntamente) litúrgica Saber que vendrás después convertida en marcha de agrupación: los tiempos están cambiando. Es más: han cambiado, y no siempre a mejor, hasta hacer muchas cosas irreconocibles. Ya solo dos bandas, cuatro cofradías y unos cuantos raros seguimos fieles a las cornetas y tambores puras. Una minoría musicalmente oprimida a la que encima tildan de elitista. ¡Si hasta en el 96 el Ayuntamiento me negó que los armaos tocaran en mi pregón!

Las marchas de cornetas y tambores puras son malagueñas -he oído decir-, y las de agrupación o bandas mixtas de cornetas, tambores y otros instrumentos son genuinamente sevillanas. Puede valer si empezamos a pedir certificados de nacimiento. Ciertamente Escámez era de Linares y compuso sus marchas para el Real Cuerpo de Bomberos de Málaga. Pero Mesa era cordobés y Montañés y Andrés y Francisco de Ocampo, como Escámez, eran jienenses de Alcalá la Real y Villacarrillo, lo que, digo yo, no hace a sus imágenes menos sevillanas.

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