'Cover'

La República, sin una profunda modificación del funcionamiento de los partidos, no arreglaría nada

Ando buscando una aplicación que me ayude a entender lo que pasa. Valle-Inclán, en otro periodo convulso de la vida española, diseñó una aplicación literaria, el "esperpento", con actores que él define metafóricamente como enanos patizambos que juegan a una tragedia. Como me siento tan insolidario y tan a disgusto en el presente, como podría estarlo Valle, y convencido de que el esperpento no serviría para dar cuenta de la grotesca tragedia que representan ahora unos personajes poderosos, que hacen al tiempo de gigantes y enanos, de reyes y bufones, he pensado en elaborar una versión propia -el cover de la música electrónica- de la actualidad. Como carezco por completo del ingenio y del genio de Valle, he echado mano de herramientas tecnológicas al alcance de cualquier cibercipote. De salida no descarté el cine, pensé en montar un buen flash back, como el del film Amanece que no es poco, y que desparecieran de nuestra escena los personajes que nos llevan al desastre. Y que actuaran sólo los incorruptibles. Pero no sé como desactivar para siempre a los malos. Y temo que, como algunos virus, se activen al poco tiempo, infectándolo todo de nuevo.

Lo que se necesita es una música nueva, un cover radicalmente distinto. Una versión democrática del Estado, de la que desparecieran los instrumentos que desafinan y se conservaran los acompasados. Desconfío de que con los partidos actuales, y sus vicios insoslayables, la República sea la solución y que este régimen disipe, por sí solo, las corrupciones engüeradas durante los años de Monarquía Parlamentaria. Desde luego, sería un régimen benéfico para el común de la gente, sin reyes ni dioses ni tribunos.

Del que habría que eliminar las sucias melodías, los cantos chirriantes de las viejas formaciones políticas, tal como suenan hoy: con su obediencia servil al jefe, su clientelismo, su banda impenetrable que repite -delay, en la jerga electrónica-, incansable: "todo para mí y los míos, nada para el resto". Echo de menos un programilla parecido a los que usan los creadores de los covers musicales, el backing track, que nos permitiría crear nuestra propia orquesta. Silenciando las pistas sucias y cacofónicas. En ese grupo musical nuevo me gustaría seguir ejerciendo de tocapelotas. Así me desahogo.

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