CUANDO uno pasa del gobierno a la oposición hay que guardar mucho cuidado con las críticas que se hacen a tus sucesores. No sea que se te vuelvan en contra porque los actos criticados fueran responsabilidad tuya. El grupo municipal socialista de Estepona no parece tener en cuenta esta elemental regla política, y son frecuentes sus ataques al alcalde del PP, José María García Urbano, por medidas que en su totalidad o en parte tienen origen en el gobierno de David Valadez o de su antecesor socialista, Antonio Barrientos. Ello conlleva además una pérdida de credibilidad importante, hasta el punto de que las denuncias del PSOE -alguna, vía comunicado, era tan imprecisa como que aludía a "rumores" en el pueblo- son habitualmente puestas en cuarentena. Ayer criticaron la expropiación de unas viviendas en el centro histórico por 300.000 euros y su declaración en ruina tres días después. Añadiendo la "sospechosa" amistad de García Urbano con su dueño. Lo que olvidó mencionar el PSOE fue que el proceso expropiatorio y su valoración fueron aprobados por Valadez. Y que el objetivo siempre había sido derribarlas para ganar ese espacio.