Visiones desde el Sur

En Doñana, no

El arco parlamentario andaluz debiera mostrarse unido en esta materia al igual que la ciudadanía

El 13 de enero de 2017 decía en este periódico que Doñana es un paraíso incuestionable que ha de ser conservado en las condiciones en las que está por encima de cualquier otro planteamiento, ya sea este de índole económico, político e incluso de interés nacional (cuando la razón que se esgrime es hacer reservas de gas por si los tiempos vienen mal dados en materia de hidrocarburos).

Desde el miércoles merodean por Doñana tres europarlamentarios del Comité de Peticiones, acompañados por tres eurodiputados españoles para estudiar in situ la posible afectación al territorio de cuatro subproyectos de almacenamiento de gas en el subsuelo.

La Junta de Andalucía ha denegado las autorizaciones a la empresa que pretende realizar tal aberración -a mi entender- en un lugar que es Patrimonio de la Humanidad y Reserva de la Biosfera y exige una evaluación ambiental conjunta de los citados subproyectos, y que sean tenidos en cuanta los efectos acumulativos y sinérgicos, además de los pronunciamientos en contra realizados por instituciones tan importantes como el CSIC o el Instituto Geológico Minero de España, en los que se alerta de posibles riesgos sísmicos y de afecciones a los acuíferos que mantienen viva a Doñana.

La Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio de Andalucía ya trasladó al Comisario Europeo del ramo su oposición frontal al proyecto de dicha empresa, que dicho sea de paso, ha planteado a la Junta una reclamación patrimonial de 359 millones de euros.

Dinero. Estamos hablando siempre del maldito dinero. Por encima de la estética y de la ética, siempre el dinero, el negocio, la rentabilidad económica a corto plazo, esa que una visión liberal del mundo propone como forma de vida, caigan por el camino espacios tan emblemáticos como Doñana o países que se invaden dejando una ristra inacabable de muertos al paso, solo por quedarse con los recursos naturales y convertirlos en moneda de curso legal. No, no.

Bastante tiene Doñana con la presión demográfica del entorno, el uso abusivo e ilegal de extracción de aguas subterráneas y el cambio climático que amenaza con convertirla en un páramo.

El arco parlamentario andaluz debiera mostrarse unido en esta materia al igual que la ciudadanía toda de Andalucía, en la defensa de esta joya de la biodiversidad que es Doñana, reconocida como tal no solo en Europa sino en el mundo. Esperemos el informe, pero, no obstante, quien firma grita de nuevo ¡En Doñana, no!

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