Errores

Yo lo digo claro: conducir un vehículo a más de 200 km/h es un grave error. Lo haga quien lo haga

Puede ser que muchos de ustedes piensen que es un gran error el sentido de esta columna. Empero mi sentir y pensar es que errados estamos cuando llenamos con calificativos gloriosos, sin espacio mínimo de crítica, a alguien que comete un gran error y se lleva por delante la vida de otros, junto a la propia.

Siempre recordaré el gran trabajo que me costó llegar a saber qué había sido del ciudadano madrileño cuyo vehículo, normalito, había tenido la desdicha de cruzarse con el coche, este de alta gama, de un famoso jugador de un deporte de élite. El resultado final fue la muerte del jugador. Era 1989. Todos los aficionados a ese deporte, seguro lo recuerdan, y de vez en cuando, se ensalza su figura deportiva. Y no me cabe la menor duda que Fernando Martín como baloncestista se lo merece, pero su error le costó la vida y provocó que otra persona, cuya vida tiene su mismo valor, estuviera a punto de morir. Mucho tiempo después pude llegar a conocer que ese ciudadano sobrevivió con graves secuelas y que nunca quiso hacer declaraciones sobre el tema. Quizás en esos años, sin redes sociales, fuera más fácil no entrar en debates. Se perdió la vida de un gran jugador, seguro de una excelente persona, pero hubo un error.

Recientemente otra gran figura del deporte ha cometido un error. Otra vez leemos que conduciendo un coche, por supuesto de alta gama, un extraordinario jugador, una leyenda, y pongan todos los calificativos que se han puesto, se sale de la carretera y muere. En esta ocasión no se chocó con nadie, no invadió ningún carril de sentido contrario, pero le acompañaban dos familiares. Uno murió en el acto y otro tiene la mayor parte de su cuerpo quemado y si sobrevive tendrá secuelas de por vida. Y ahora ya saben que hay redes sociales, que cualquier cosa que se diga se magnifica y sufre el azote de los "me gusta" o "no me gusta". La menor declaración manifestando que José Antonio Reyes no merecía tantos calificativos elogiosos, pues lo que en realidad había cometido era un error, como se atrevió a decir otro futbolista fueron inmediatamente descalificados. Yo solo tengo cuatrocientas palabras y lo digo claro: no entiendo qué error hay en decir algo que parece manifiestamente claro. Conducir un vehículo a más de 200 km/h es un grave error. Lo haga quien lo haga. Y no creo cometer ningún error. Vale.

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