Eyaculación precoz

Según el Tribunal, prometer reducir el plazo de su redacción es sinónimo de la calidad del equipo y del trabajo

Mira que se lo expliqué veces a todas mis amantes y nunca lo entendieron. Quizás por eso fueron tantas. Hacer las cosas corriendo es sinónimo de calidad. Y no lo digo yo, lo dice el Servicio Andaluz de Salud y lo ha ratificado el Tribunal Administrativo de Recursos Contractuales de la Junta, que, aunque resulte extraño, es quien resuelve los recursos planteados contra ella misma.

Al menos ese es el criterio de ambos organismos para desestimar el que ha presentado el Colegio de Arquitectos al concurso del anteproyecto del tercer hospital de Málaga por saltarse la Ley de Contratos del Sector Público. Según el Tribunal, prometer reducir el plazo de su redacción es sinónimo de la calidad del equipo y del trabajo y, por tanto, se cumple la obligación de la Ley de valorar esta con el 51% de la puntuación en los concursos para la contratación de servicios de naturaleza intelectual. Según su razonamiento y las cláusulas del pliego, si alguien promete hacer el trabajo en 96 días en vez de los 120 propuestos, es porque es muy bueno y hay que darle la mayor puntuación, pero si dice que lo hará en 95, es que es muy malo y no se le puntúa. Siguiendo esa lógica, cualquiera que oposite a ese Tribunal y entregue su examen media hora antes de tiempo, debería recibir 2,4 puntos con independencia de lo que escriba. Ahora se entiende todo.

En el fondo, todo hace pensar que a la Junta no le seduce la idea de que una contratación de más de 1,7 millones de euros se salga de su zona de confort. Sospecho que sabe que se ha saltado la Ley y en algún momento pensó que resolvería la reclamación con una mera declaración pública de culpa y promesa de no volverlo a hacer. Por eso se sentó a negociar con el Colegio. Pero luego contó los plazos, concluyó que el anteproyecto estará resuelto cuando se resuelvan los recursos y manifestó que no tenía nada que hablar en la misma reunión que convocó para llegar a un acuerdo. Ya explicarán los arquitectos a los médicos (y sociedad en general) cómo se oponen a la construcción de un hospital en estos días de emergencia sanitaria, aunque sabe que no pondrán la primera piedra antes de que tengamos vacuna. Ignora que la respuesta es sencilla: que médicos y enfermeros hagan el trabajo de los compañeros que les faltan o que el tiempo de atención a un paciente sea menor de 5 minutos no son sinónimos de calidad. Aunque sea la receta del SAS en plena epidemia.

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